Mi hijo, que está en tercer grado, finge ser las firmas de sus padres en los papeles. ¿Qué debo hacer si sigue diciendo mentiras y se niega a corregirse?
¿Qué debo hacer si mi hijo sigue mintiendo?
1. Establecer una comunicación efectiva con los niños.
La comunicación eficaz puede comprender mejor los pensamientos y necesidades internos de los niños, comprenderlos y preocuparse siempre por ellos, descomponer las malas emociones internas de los niños y permitirles sentir plenamente el amor de sus padres. Si usted establece reglas realistas para su hijo y el niño está dispuesto a aceptarlas, entonces no hay necesidad de que mienta.
2. Reducir el control sobre los niños.
Muchos niños mienten para descubrir su verdadero yo y hacer lo que quieren. Al mismo tiempo, cuando hacen lo que quieren, intentan complacer a sus padres haciéndoles creer que están haciendo lo que deben hacer. Por lo tanto, los padres deben reducir su interferencia y control sobre sus hijos, cambiar la idea de que los niños deben hacer las cosas según sus propios deseos y respetar sus elecciones.
3. Dar un buen ejemplo.
Si bien los padres exigen que sus hijos sean honestos, primero deben dar el ejemplo y ser un buen modelo a seguir en su vida diaria. No deben hacer promesas incumplidas ni palabras engañosas sin darse cuenta delante de sus hijos. Atención a ser coherentes en palabras y hechos en la vida diaria y en el trabajo, y ser honestos y dignos de confianza.
4. Orientar correctamente.
El reconocimiento positivo es más útil que la intimidación. Los elogios y el estímulo hacen que sea más fácil para los niños tener el coraje de admitir errores. Será más probable que los niños admitan sus errores si creen que la honestidad es una buena cualidad, en lugar de preocuparse por las consecuencias negativas si admiten mentir. ¿Cómo pueden los padres educar a sus hijos si siguen mintiendo y se niegan a cambiar?
1. Mostrar mentiras.
El objetivo de decir este tipo de mentiras es presumir de uno mismo o evitar el castigo, por ejemplo, que el niño pueda mejorar sus notas en los exámenes, o contar cómo derribó a sus compañeros en el colegio, etc. Si un niño dice tal mentira, debe decirle claramente que debe decir la verdad; de lo contrario, el castigo será mayor. Si dice la verdad, será recompensado. Debe ser muy específico y recompensar el hecho de decir la verdad y castigar la mentira.
2. Mentiras conductuales.
Algunos niños están acostumbrados a ser dueños de todos los juguetes y alimentos. Además, algunos padres no prestan atención a educar a sus hijos en que "las cosas que no son suyas no se pueden llevar a casa", lo que lleva a que en ocasiones los niños se guarden en los bolsillos a escondidas sus juguetes favoritos de la guardería o de los niños.
Cuando los padres descubren que sus hijos tienen algo que no les pertenece, los niños suelen inventar algunas mentiras, como que se lo dio un niño o que lo recogieron ellos mismos. Este tipo de mentira es conductual y su realización es más grave, suele ir acompañada de malos comportamientos como robar y destruir, y es muy perjudicial para el propio crecimiento del niño.
Si un niño miente y no es descubierto, o si el niño es descubierto pero los padres no toman las medidas apropiadas para corregirlo, o si el niño es expuesto por otros y los padres lo protegen fuera de preocupación por la cara, etc., animará al niño a ser consciente de la mentira. Los padres inteligentes no deberían permitir que los "complots" de sus hijos tengan éxito y deberían hacerles saber que habrá consecuencias muy graves si mienten. Los padres deben adoptar una actitud seria en este momento para concienciar a sus hijos de este mal comportamiento y no perdonarlo fácilmente. También deben hacerles entender que si quieren algo de los demás, deben obtener el consentimiento de los demás, y todo. tiene principios.
3. Escapar de las mentiras.
El propósito de decir este tipo de mentiras es evadir responsabilidades, por ejemplo, el niño deliberadamente cuenta menos sobre la tarea asignada por el maestro después de regresar a casa, o finge no hacer la tarea, etc. Para mentir evasivamente, es importante dejar claro a los niños que deben hacer sus propias cosas y asumir sus propias responsabilidades. Si se descubre que está mintiendo, se le castigará, como duplicar la tarea, reducir el tiempo de juego, etc., para que los niños sepan que mentir no solo no puede eludir la responsabilidad, sino que también paga un precio mayor.