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Discurso escrito por alumnos de tercer grado de primaria bajo la bandera nacional

Amar la escuela como el hogar

El gran escritor Aofstein dijo una vez: "El carácter moral personal es mucho más importante que los logros personales". Para estudiantes como nosotros, las palabras "amamos la escuela como nuestro hogar" pueden incluso compararse con nuestras calificaciones. Si no ama la escuela y no la considera su hogar, ¿puede ese estudiante ser un buen estudiante?

Aunque existen diferencias entre la escuela y el hogar, existen muchas similitudes. El aula de la escuela es como tu propia pequeña habitación. Si está desordenada, debes ordenarla, si está sucia, debes "bañarte"; están cerca unos de otros, jugando entre ellos o hablando entre ellos; el patio de recreo de la escuela, como su propio pequeño patio, si hay basura, simplemente recójala. Las instalaciones públicas de la escuela son como el mobiliario de casa, que hay que cuidar; ¿Te sientes como en casa?" ¡No te preocupes, te lo contaré en detalle!

En primer lugar, primero debemos aprender a cuidar las instalaciones públicas del colegio. Por ejemplo: no rayes las mesas y sillas de la clase; no uses tiza como juguete; no garabatees ni garabatees en el pizarrón; no olvides cerrar los grifos, las luces y los ventiladores; Además de cuidar estos equipos en la clase, también se deben cuidar otras instalaciones públicas. Por ejemplo: la pista de plástico de la escuela, el patio de juegos; y el equipamiento deportivo detrás del edificio del complejo escolar, etc...

En segundo lugar, debemos prestar atención al entorno higiénico de la escuela. El área sanitaria de nuestra clase debe estar limpia; las ventanas deben estar pulidas y brillantes; las puertas deben estar impecables; las mesas y sillas deben estar ordenadas, además de mantener la higiene fuera de la clase; límpialo Además de tirar la basura, toma la iniciativa de recoger la basura cuando la veas.

Por último, trata a los profesores como a los mayores de la familia, respétalos, escúchalos y sé un buen estudiante. Trate a sus compañeros de clase como a su propia familia, viva en armonía y no se preocupe por conflictos menores. En lugar de eso, siéntese y comuníquese con calma, hable y exprese sus pensamientos entre sí. Luego discutan juntos la solución.

Estudiantes, ¡actúen! Seamos juntos los pequeños maestros de la escuela. ¡Que la armoniosa "tradición familiar" florezca en el campus!