Colección de citas famosas - Frases elegantes - Mi discurso sobre la vida en el campus fue en chino e inglés.

Mi discurso sobre la vida en el campus fue en chino e inglés.

Escuela, Infancia y Poesía

Una vez, mientras investigaba los diminutos objetos y diminutas criaturas de mi mundo en mi patio trasero en Temuco, descubrí un agujero en una de las tablas de la cerca. Miré por el agujero y vi un paisaje como el que había detrás de nuestra casa, abandonado y desierto. Retrocedí unos pasos porque tenía una vaga sensación de que algo estaba por suceder. De repente apareció una mano, la pequeña mano de un niño de mi edad. Cuando me acerqué, la mano había desaparecido, reemplazada por una increíble oveja blanca.

La lana está descolorida. Sus ruedas se escaparon. Todo esto simplemente lo hace más real. Nunca había visto unas ovejas tan bonitas. Miré hacia atrás por el agujero, pero el niño ya no estaba. Entré a casa y saqué mi propio tesoro: una piña, abierta, llena de olor y resina, y me encantó. Lo puse en el mismo lugar y me fui con las ovejas.

Nunca volví a ver esa mano ni a ese niño. Nunca he vuelto a ver una oveja así. Un juguete que perdí en un incendio.

Soy un hombre afortunado. Sentir la cercanía entre hermanos es algo maravilloso en la vida. Sentir el amor de quienes amamos es como el fuego que quema tu vida. Pero es más grande y más hermoso sentir el amor de aquellos que no conocemos, de aquellos que no conocemos, que guardan nuestro sueño y soledad, guardan nuestros peligros y debilidades porque amplía los límites de nuestra existencia y une. todos los seres vivos.

Ese intercambio me hizo comprender por primera vez una idea valiosa: que todos los seres humanos estamos unidos de alguna manera. Mucho más tarde volví a tener esta experiencia; esta vez fue sorprendente en un contexto de problemas y persecución.

No te sorprenderá, entonces, que intente dar algo resinoso, terroso y aromático a cambio de la hermandad del hombre. Así como una vez dejé piñas junto a la cerca, desde entonces he dejado mis palabras en las puertas de muchas personas que no conozco, personas que están en prisión, o siendo perseguidas, o solitarias.

Esta es una de las lecciones más importantes que aprendí cuando era niño en el patio trasero de una casa aislada. Quizás esto sea sólo un juego entre dos chicos que no se conocen y quieren transmitirse las cosas buenas de la vida. Sin embargo, tal vez este pequeño y misterioso intercambio de regalos también permanezca dentro de mí, profundo e indestructible, iluminando mi poesía.

Escuela, infancia y poesía

Durante un tiempo, en Pequeños objetos en mi patio trasero y Pequeña vida en el oeste de mi mundo, llegué a un agujero en una pared de tablas. Vi esta vista desde la cueva, sin la parte trasera de la casa, pero fue una locura. Retrocedí unos pasos porque sentí vagamente que algo estaba a punto de suceder. De repente, apareció en su época un niño de manos diminutas. Al acercarme perdí mi mano y en su lugar había una maravillosa oveja blanca.

La lana de oveja se ha acabado. Sus ruedas se escaparon. Todo esto simplemente lo hace más real. Nunca había visto una oveja tan extraña. Volví por este agujero y el niño ya no estaba. Entré a la casa y saqué mi tesoro: piñas, abiertas, llenas de fragancia y resina, las personas que más respetaba. Lo puse en el mismo lugar y luego con las ovejas.

Manos o infancia que nunca vi. Nunca más vuelvo a ver ovejas hacer esto. Perdí mi último juguete en un incendio.

Siempre he sido un hombre afortunado. Siento que "hermano" es algo increíble en la vida. Pensar que el amor de la persona que amamos es fuego, y es el fuego el que nos da vida. Pero el sentimiento que proviene de alguien que no entendemos, que observa nuestro sueño y nuestra soledad, nosotros y nuestras debilidades, es más dañino y más hermoso porque expande todos nuestros límites humanos y trae consigo a todos los seres vivos.

Ese intercambio me hizo pensar por primera vez en mi vida que todos los humanos estamos unidos de alguna manera. Luego vuelve la experiencia, esta vez con un trasfondo llamativo que resalta su obsesión y persecución.

No te sorprenderá que en ese momento intenté reemplazarlo con algunos hermanos humanos similares y fragantes. Así como una vez dejé a tanta gente en mi puerta junto a la valla y las piñas, gente todavía en prisión, todavía cazando sola.

Esta es una de las mayores lecciones que aprendí cuando era niño, en una casa solitaria en el patio trasero.

Tal vez sea sólo una vida de dos chicos que no se conocen, que se divierten, pero que también experimentan otras cosas maravillosas. Quizás este pequeño y misterioso intercambio de regalos esté todavía conmigo, todavía profundo, incapaz de darme poesía.