Poesía moderna matutina
A primera hora de la mañana,
lávate con el viento que queda en la tarde,
cada rastro, cada pasada, cada tintura,
dormir Los sueños que no despiertan parecen ilusorios y reales.
Mi sueño, tu sueño,
Y su sueño,
Superpuestos como neón,
Fue recogido por insectos que pasaban por sin motivo, y colgado en la boca del pájaro.
A lo largo de esa mañana,
El aliento de todas las cosas fue arrastrado,
Un sonido, un suspiro, uno puro y puro.
Una pequeña hoja,
acariciando el frío del invierno como un susurro,
Los pensamientos aún humean.
La niebla rió disimuladamente,
ocultando el mundo nuevamente.
Suena la bocina de búsqueda,
Los colores de la naturaleza están todos en caos,
No se puede encontrar ninguna belleza.
Hasta los pasos de los transeúntes están mojados,
Perdidos en el reino secreto que dejó la mañana.
Por la mañana, cuando ya no estoy cansado,
solo soplo la flauta gota a gota,
mojando las alas de los pájaros,
Comprende el lenguaje de las flores al borde de la carretera.
Mañana alegre,
Como la lluvia y las nubes,
La lluvia es el encaje que embellece el ánimo,
Las nubes son letras traviesas.
Recógelo,
En la carta,
Hay una gran luz dorada,
No es de extrañar que esté nublado,
¡El sol trabaja a lo lejos!