¿Cuáles son algunos poemas sobre cómo animar a los profesores?
Cuando renuncio y vuelvo a casa, soy como una flor que cae de una rama, pero esto no es algo cruel, se convierte en tierra primaveral y también puede desempeñar un papel en la crianza de la próxima generación.
El mundo está lleno de melocotones y ciruelas, y el mundo está lleno de niños.
Maestro, eres como una cálida primavera. Tú alimentas mi corazón.
Maestro, eres como una vela, que nos ilumina pero quema a ti mismo.
Después de miles de kilómetros e innumerables penurias, encontré una montaña sin ningún remordimiento. ¿Por qué morí cuando vi un pozo en la mañana?
La vida sin presión será vacía; la juventud sin presión se marchitará; la vida sin presión será sombría.
La cima de la montaña no está lejos de nosotros a mitad de camino de la montaña.
Si una persona se niega a mejorar su conciencia ideológica, sólo puede encontrarse en una situación débil y miserable.
No dejes que otros afecten el ritmo de tu vida.
Mientras trabajes duro para levantar los pies, la victoria será tuya.
Es tu trabajo duro y sudor. Mira al jardinero con flores en flor. Que te llenen de melocotones y ciruelas en todo el mundo.
Cada rincón de mi corazón, cada centímetro de mi corazón, está lleno de respeto hacia ti. Al igual que venir del aire libre con viento al fuego en una noche nevada de invierno; Maestro, tu cuidado es como el rojo brillante de las brasas, dándome un calor infinito. ¿Cómo no podría agradecerte? Cuando la gente aprecia el arco iris, lo primero que piensa es el sol; cuando estoy feliz de ganar un honor, ¡lo primero que piensa es en usted!
La lluvia primaveral tiñó el mundo de verde, pero desapareció silenciosamente en el suelo. Maestro, eres la lluvia primaveral que alimenta nuestros corazones. Te estaremos eternamente agradecidos. Dame espíritu, ternura y amor maternal. Maestro, usted sólo sabe dar y nunca quiere pedir nada. ¿Cómo no podría expresarte mi más sincero respeto?
Los pájaros se esconden en sus nidos cuando se encuentran con el viento y la lluvia; hay una tormenta en mi corazón, y siempre me escondo en tus brazos - mi maestro, tú eres mi paraguas protector y mi parabrisas, ¿cómo no? ¡gracias!
Gracias a tu amor y trabajo duro, habrá melocotones y ciruelas magníficos, arroz y trigo dorados. ¡Que mi gratitud se convierta en un ramo de flores que nunca se marchitará y traerá fragancia a tu vida!
Tus sinceras enseñanzas se han convertido en la sabiduría de mi corazón, la pasión en mi pecho y las reglas de conducta... Gracias por tu cuidadoso cultivo.