Un poema sobre la alegría que te traigo.
Pongo mis pensamientos en las nubes, esperando que cuando mires accidentalmente hacia arriba, puedas notar mi preocupación.
Doy mis pensamientos a los pájaros, esperando que aún puedas tener mi canto acompañándote en tus días de soledad.
Pongo mis pensamientos en la luna brillante, esperando que ella alivie tu embriaguez en el camino a casa.
Cuelgo mis pensamientos en las estrellas insomnes, esperando hacerte sentir esos ojos tiernos cuando deambulas.
Te extraño en la brisa del mar de verano, esperando que pueda calmar tus débiles preocupaciones en la noche solitaria.
Pongo mis pensamientos en la llovizna, esperando que en estos días sentimentales, pueda aliviar un poco tu melancolía.
Esparzo mis pensamientos entre las hojas de otoño que caen, esperando darte todo lo que más deseas durante la temporada de cosecha.
Te envío mis pensamientos durante el viaje, esperando que queden registrados cada centímetro de tus pasos.
Le paso mis pensamientos a la canción que cantó, esperando que pueda componer las notas más felices para usted cada vez.
Envío mis pensamientos a tu copa de borracho, esperando que no te genere demasiada adicción.
Le cuento a la persona de tu sueño mis pensamientos, esperando que ella también pueda entender tu culpa.
Envío mis pensamientos en silencio al Dios en quien crees, esperando que siempre escuche tus súplicas.
Le dije en voz alta mi anhelo al cielo lejano, dejando que me ayudara a cumplir mi deseo con este anhelo enredado y persistente...