Colección de citas famosas - Colección de máximas - El título del ensayo es "El llamado del alma", ¿puedes ayudarme a pensar qué escribir? Gracias

El título del ensayo es "El llamado del alma", ¿puedes ayudarme a pensar qué escribir? Gracias

Encontré un ensayo de muestra sobre el llamado del alma sobre el amor familiar. Ya estamos a finales del invierno. Odio el invierno, porque ese incidente ocurrió en invierno... Frente a mí: bata blanca, sábanas blancas, paredes blancas y ese rostro pálido, un rostro familiar, un par de ojos amorosos.

"Ve, la abuela quiere hablar contigo", zumbó la voz seca de mi padre.

Caminé aturdido hacia la cama, mi mente se quedó en blanco, como si no pudiera recordar nada. En un instante, pareció haber recuperado la memoria: una imagen de tres bungalows grises incrustados. el viento y la nieve, claros, la tierra aparece ante mis ojos...

Cuando era niño, crecí en la casa de mi abuela en el campo. El invierno era muy frío y. El viento del noroeste siempre podía entrar por las grietas de las paredes que mi abuela había enlucido una y otra vez. Me siento solo en el banco frío, me duele la nariz por el frío. Cuando esto sucede, siempre extiendo mis manitas rojas e hinchadas y grito: "¡Manos, aprietan! ¡Manos, aprietan!"

La abuela está lavando verduras o lavando ropa, y siempre se apresura a limpiarse las manos. En el delantal, corrió hacia mí y me apretó suavemente la mano con sus manos grandes y cálidas. Me sostuvo en sus brazos y me cubrió como una gran colcha. Siento como si estuviera corriendo en los campos de primavera, el sol me rodea cálidamente y ¡soy la persona más feliz del mundo!

Recuerdo que me recosté en la cama del hospital de mi abuela y dejé que ella me acariciara la cara. Aunque la mano estaba seca, todavía estaba tan cálida, como si quisiera derramar todo su amor en mí. Las lágrimas brotaron de sus ojos hundidos como manantiales, fluyendo silenciosamente junto con mis lágrimas, permitiéndome disfrutar de la caricia de la abuela por última vez.

De repente, los labios de la abuela se movieron y me acerqué a su boca, "Pellizca con tus manos...Pellizca con tus manos..." No pude contenerme más y me lancé a los brazos de la abuela. brazos dentro.

¡No! ¡No, no quiero que la abuela me deje tan temprano! Grité desesperadamente en mi corazón, queriendo decirle unas palabras de consuelo a mi abuela. Poco a poco, su mano se aflojó y cayó. A partir de entonces mi abuela me dejó, llevándose consigo su amor infinito y su anhelo por su nieto, dejándome solo.

Este año todavía hace mucho frío en pleno invierno. Siempre que estoy en esta estación, siempre pienso en las palabras de mi abuela: "¡Pellizca con las manos! Pellizca con las manos..."

(Para mientras escribía, me limpié las mejillas con un pañuelo. Abuela: Esto está escrito para ti y para mí, mi amor más sincero, lo guardaré/enterraré en mi corazón para siempre)