El poema zen más bello

El poema zen más bello es el siguiente:

Vienen y van sin dejar rastro, a la deriva con la corriente; ¿por qué deberíamos preguntar más sobre las cosas flotantes? Simplemente flota en el sueño. -Nido de pájaro

Por favor

2. Observa las flores florecer y caer, los árboles son rojos y las flores y los árboles están al anochecer. Si comparamos las flores con las cosas humanas, las flores se comparan con las cosas humanas. -Longya

Hay flores en primavera, luna en otoño, brisa fresca en verano y nieve en invierno. Si te ocupas de tus propios asuntos, es un gran momento en la tierra. -No hay puertas que abrir.

4. El agua que fluye baja de la montaña sin intención, y las nubes regresan a la cueva sin intención. La vida es como nubes y humo, como agua, los árboles de hierro florecen en todo el mundo en primavera. -Este templo está muy limpio.

Solo se pueden ver los sauces verdes en primavera y solo se pueden ver los crisantemos amarillos con el viento otoñal. La gloria es siempre un sueño en la tercera noche del Año Nuevo Lunar, y la riqueza es la misma que la helada de septiembre. ——Hanshan Deqing

Dos poemas zen de Wang Wei;

1. Mi retiro en la montaña Zhongnan

Después de la mediana edad, tengo un buen corazón fuerte. No fue hasta sus últimos años que se instaló en el borde de la montaña Zhongnan. Los intereses a menudo se centran en cosas únicas para jugar y disfrutar y apreciarse a sí mismo. A veces voy hasta el final del agua para buscar la fuente, o me siento y observo cómo se elevan las nubes en constante cambio. De vez en cuando me encontraba con un anciano del pueblo en el bosque y charlaba con él hasta que a menudo me olvidaba de ir a casa.

2. "Cruzando el Templo Jixiang"

No sabía dónde estaba el Templo Jixiang, así que subí varios kilómetros hacia las nubes y las montañas. Los árboles centenarios son imponentes, pero no hay caminos peatonales. Hay una campana en la montaña dentro del templo. El agua de manantial de las montañas golpea las peligrosas rocas y el sol en el pinar es frío. Por la noche, llegué al estanque vacío, medité en silencio y reprimí al dragón interior.

El primero de estos dos poemas zen expresa un estado de calma y meditación. El autor describe el ambiente tranquilo del antiguo templo en las montañas y bosques, creando una concepción artística noble y apartada, que refleja que todos los paisajes y palabras son afectuosos.

En la segunda canción, el poeta se centra en describir sus momentos de ocio en reclusión. Wang Wei parece ser un experto mundial. No persigue deliberadamente el éxito de visitar lugares apartados, solo se preocupa por el zen en su corazón. En la atmósfera tranquila y confortable, los lectores también sienten una profunda sensación de Zen.