Colección de citas famosas - Mensajes de felicitación - ¿Por qué no comer del Árbol del Bien y del Mal?

¿Por qué no comer del Árbol del Bien y del Mal?

Porque el Árbol del Bien y del Mal es un árbol plantado por Dios específicamente para iluminar la espiritualidad humana. Si sólo lo entiendes superficialmente, Dios dijo: "¡Podrás comer de cualquier árbol del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, morirás!" (Génesis 2: 16 ~ 17), pero esta llamada "muerte" no es el fin de la vida, sino que, como fundadores de la humanidad, Adán y Eva tienen la espiritualidad para comunicarse con Dios. Una vez que lo coman, perderán esta espiritualidad y caerán al mundo, convirtiéndose en los sufrimientos de nuestra generación humana actual.

Pero cuando Satanás se convirtió en una serpiente e importó pensamientos codiciosos en Eva, el fruto del árbol del bien y del mal se veía diferente a los ojos de Eva. El fruto de este árbol se utiliza como alimento para complacer la vista. El árbol pareció hacerla sabia, entonces Eva comió del árbol del bien y del mal y se lo dio a su marido, quien también comió de él.

De esta manera, Adán y Eva desobedecieron las palabras de Dios, y finalmente tuvieron que enfrentar la muerte (esta muerte incluye el fin del cuerpo y del espíritu). Posteriormente, Adán comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y vivió en la tierra hasta la edad de 930 años, que fue el fin de su cuerpo y espíritu. La humanidad inició un largo viaje de sufrimiento. El dolor de una mujer durante el parto, su admiración por su marido y su dominio sobre sí misma; un hombre es maldecido a causa de la tierra y tiene que trabajar duro toda su vida para tener comida (Génesis 3: 16 ~ 17).

De hecho, este es el proceso en el que Dios dispone que la humanidad comience una nueva comprensión. Adán y Eva vivieron en el Jardín del Edén. Comen bien y son despreocupados. No conocen la diferencia entre el bien y el mal y no seguirán mejorando sus posibilidades. Sólo que se conviertan en seres humanos y experimenten alegría, tristeza, ira y satisfacción en este proceso de vida. Sólo con una experiencia relativa podemos entender qué son el verdadero amor, la alegría y la gratitud, y entonces podremos reverenciar y adorar a este Dios de amor y verdad desde el fondo de nuestro corazón. Sólo los verdaderos hijos que conocen el amor y la voluntad de Dios pueden disfrutar de la felicidad con Dios para siempre en el reino de los cielos.