Lema de la ética docente
Ven con corazón, no con pajita.
No me arrepiento de mi elección.
Un profesor que realmente ama a sus estudiantes y se preocupa por su crecimiento debe apreciar sus fortalezas y tolerar sus defectos.
Se necesita mucho para formar a un estudiante, pero puede que solo haga falta una palabra para destruirlo.
Miles de esfuerzos han conseguido que el jardín esté lleno de melocotones y ciruelas.
La mayor felicidad de un maestro es enviar grupos de niños a su destino ideal.
Los profesores estúpidos sólo enseñan la verdad, los profesores inteligentes enseñan a sus alumnos a descubrir la verdad.
Aprender a ser profesor es un buen ejemplo.
Los gusanos de seda primaverales tejerán hasta morir, y las velas agotarán sus mechas cada noche.
Si no enseñas, el padre es culpable; ¿qué es un maestro? Un predicador estricto.
Sé trabajador, trabaja duro y trabaja desinteresadamente.
El trabajo del profesor es inspirar la infinita curiosidad de los estudiantes sobre la vida.
La personalidad del docente es la piedra angular de la educación.
Estoy dispuesto a ser jardinero y regar con frecuencia, y estoy dispuesto a convertir la antorcha de cera en cenizas.
Miles de profesores enseñan y buscan la verdad, y miles de estudiantes aprenden a ser humanos.
Una de las responsabilidades más importantes de un profesor es desarrollar la confianza en sí mismos de los estudiantes.
La comunicación de las almas es mejor que la transferencia de conocimientos.
Los profesores son las semillas del conocimiento y los mensajeros de la antorcha de la civilización.
La erudición, la paciencia y la tolerancia son las cualidades más básicas de un profesor.
La moralidad es conmovedora y un modelo a seguir para los demás.
La profesión es la base del ser humano y la base del ser docente.
La educación sin amor es como un estanque sin agua, que eventualmente se secará.
Los maestros son la leña que enciende el fuego espiritual de los estudiantes; los maestros son peldaños de piedra que llevan a los estudiantes hacia arriba de manera constante, paso a paso.
Siembra las semillas de la esperanza para tus hijos para que puedan cosechar una vida de esperanza.
Ama la vida como a ti mismo, enseña a los alumnos como enseñas a tus hijos.
¡El amor dedicado puede hacer que los niños florezcan antes!
La intersección de profesores y estudiantes es un lugar sagrado de amor.
Si quieres que la luz del sol entre en los corazones de los demás, debes tener la luz del sol en tu propio corazón.
Respeta y cuida la autoestima de los alumnos, y sé cauteloso, como las temblorosas gotas de rocío sobre la rosa.
Un corazón sincero es la clave de las emociones de los estudiantes; la noble ética del maestro es el espejo de las almas de los estudiantes.
Si es recto, no se le permitirá hacerlo; si no es recto, no se le permitirá hacerlo.
Las hojas nuevas en el bosque fragante impulsan a las hojas viejas, y las olas delante del agua que fluye forman olas detrás.
Los pájaros extienden sus alas para ver pájaros grandes y los estudiantes dependen de los maestros para crecer.
La suma del maestro es para aumentar puentes, y la resta del maestro es para reducir la desolación.
Sólo aquellos que tienen la inocencia infantil y entienden la inocencia infantil tendrán las calificaciones para educar a la gente.
Que la enseñanza esté llena de vitalidad con amor.
El maestro sabio no les da a los estudiantes un palacio de conocimiento ya preparado, sino que los anima a colocar ladrillos y les enseña a construir.
Trata tus errores con una actitud tolerante y ve a través de tu mente con ojos limpios.