Algunas empresas privadas explotan cada vez más a sus empleados. Ya no es una cuestión de tiempo e intensidad laboral. ¿Qué debemos hacer?
Un problema común entre las empresas privadas hoy en día es la dificultad para contratar trabajadores. No es sólo el aspecto de las “personas” lo que es difícil, sino también la cuestión del “salario”. Es difícil reclutar los talentos necesarios y los salarios de los reclutados no pueden ser consistentes. En correspondencia con la dificultad para contratar trabajadores, las empresas privadas están exprimiendo cada vez más a los empleados, y ya no es una cuestión de tiempo e intensidad laboral. Los derechos e intereses de los trabajadores no pueden protegerse y el trabajo pagado no coincide con los beneficios laborales.
Esta cuestión debe verse racionalmente, analizarse objetivamente y llevarse a cabo una investigación en profundidad basada en los intereses comunes tanto de los trabajadores como de la dirección. De lo contrario, afectará el desarrollo futuro de las empresas privadas, los derechos e intereses de los empleados y la inversión de los empresarios.
En términos generales, las empresas privadas se centran en la eficiencia y cada jefe debe buscar ganancias. En las empresas privadas no se permiten empleados inactivos ni puede haber exceso de personal. Cada jefe de una empresa privada está tratando de encontrar formas de mejorar la productividad laboral, mejorar la eficiencia de los trabajadores y encontrar formas de permitir que sus empleados aporten más ganancias a la empresa.
Entonces esta idea es razonable y más acorde con las reglas del mercado. Por tanto, es inevitable que haya un conflicto entre las necesidades del jefe y de los empleados. Hasta cierto punto, los empleados desarrollarán resistencia psicológica, haciéndoles sentir que el jefe los está exprimiendo.
Si las empresas privadas pueden establecer algunas organizaciones sindicales, estas organizaciones pueden representar los intereses de los empleados. Cuando los empleados informan sobre problemas relevantes, pueden comunicarse con sus jefes, lo que puede evitar en gran medida la intensificación de los conflictos. Esto es más beneficioso para el jefe y no creará resistencia entre los empleados.