¿El origen del Primero de Mayo, Día del Trabajo?
En 1877, comenzó la primera huelga nacional en la historia de Estados Unidos. La clase trabajadora salió a las calles a manifestarse y propuso al gobierno mejorar las condiciones de vida y de trabajo, exigiendo jornadas laborales más cortas y la implementación de una jornada laboral de ocho horas. Poco después de la huelga, el equipo se amplió gradualmente, el número de miembros del sindicato aumentó y trabajadores de todo el país también participaron en el movimiento huelguista.
Bajo la fuerte presión del movimiento sindical, el Congreso de Estados Unidos se vio obligado a promulgar una ley de jornada laboral de ocho horas. Sin embargo, algunos capitalistas simplemente la ignoraron. Esta ley no era más que un trozo de papel, y los trabajadores seguían viviendo en una situación desesperada y sufriendo a manos de los capitalistas. Incapaces de soportarlo, los trabajadores decidieron llevar su lucha por el derecho a la supervivencia a un nuevo clímax y se prepararon para realizar un movimiento huelguístico a mayor escala.
En octubre de 1884, ocho grupos de trabajadores nacionales e internacionales de Estados Unidos y Canadá celebraron una manifestación en Chicago, EE.UU., y decidieron realizar una huelga general el 1 de mayo de 1886, obligando a los capitalistas a implementar un sistema de huelga de ocho horas.
Por fin ha llegado el día. El 1 de mayo de 1886, 350.000 trabajadores de más de 20.000 empresas de Estados Unidos pararon su trabajo y salieron a las calles, realizando una manifestación masiva. Trabajadores de todos los colores y tipos de trabajo iniciaron una huelga general. Sólo en Chicago, 45.000 trabajadores salieron a las calles.
En ese momento, los principales sectores industriales de Estados Unidos estaban paralizados, los trenes se convertían en serpientes, las tiendas estaban en silencio y todos los almacenes estaban cerrados y sellados.
En 1866, la Primera Conferencia Internacional de Ginebra propuso la jornada laboral de ocho horas. El 1 de mayo de 1886 se celebró en Estados Unidos una huelga y manifestación a gran escala en la que participaron unas 350.000 personas, con centro en Chicago. Los manifestantes exigieron la mejora de las condiciones laborales y la implantación de un sistema de trabajo de ocho horas.
El 3 de mayo de 1886, el gobierno de Chicago envió a la policía para reprimir la situación y disparó y mató a dos personas. La situación se intensificó. El 4 de mayo, los trabajadores en huelga realizaron una protesta en Haymarket Square. Se disparó una bomba y, finalmente, la policía abrió fuego, matando a cuatro trabajadores y siete agentes de policía. En la historia se conoció como el "disturbio de Haymarket".
En la sentencia posterior, 8 anarquistas fueron procesados por asesinato, 4 anarquistas fueron ahorcados y 1 se suicidó en prisión.
Para conmemorar este gran movimiento obrero y protestar por el posterior veredicto, se llevaron a cabo protestas de trabajadores en todo el mundo. Estas actividades se convirtieron en las predecesoras del "Día Internacional del Trabajo".
En julio de 1889, en la conferencia fundacional de la Segunda Internacional organizada por Engels, se anunció que el 1 de mayo de cada año sería designado como Día Internacional del Trabajo.