Tres manifestaciones de inacción oficial
No tomes la iniciativa de antemano. Las personas que ocupan cargos oficiales y ostentan poderes oficiales no están dispuestas a tomar la iniciativa en el desempeño de sus funciones, mostrando completa pereza e inercia, que es causada esencialmente por una actitud. Como cuadro dirigente, si no tiene un pensamiento y una actitud correctos y correctos hacia ser funcionario, es normal que esté inactivo en el gobierno. Perjudicial, especialmente para los funcionarios, la pereza no sólo se manifiesta durante el proceso de trabajo, sino también al comienzo del trabajo, o incluso en la etapa inicial de planificación del trabajo, lo que puede conducir más fácilmente al desperdicio del trabajo administrativo.
No se ha hecho nada al respecto. Bajo el control de la mentalidad pasiva y perezosa de algunos cuadros dirigentes, "ser funcionario pero no hacer nada" se manifestará inevitablemente en no hacer nada. La inacción, en sentido estricto, significa estar en la propia posición y no buscar la política; en sentido amplio, es el fenómeno de que los cuadros dirigentes no pueden completar su trabajo de manera oportuna, efectiva, cualitativa y cuantitativa debido a actitudes ideológicas, intereses, capacidades propias y otras razones.
Se puede observar que la inacción en el incidente debería ser el incumplimiento del deber por parte de los cuadros dirigentes en el proceso de desempeño de sus funciones, que se manifiesta principalmente en el desempeño inoportuno de las funciones oficiales y las lentas demoras; Los resultados de rendimiento no son válidos, sin calidad ni cantidad. Visto desde otra perspectiva, algunos cuadros dirigentes no están de brazos cruzados durante su mandato, "sin hacer nada". No son precisamente "comerciantes al pie de la letra", pero escapan de la realidad, huyen de las dificultades, gritan consignas en vano, se hacen pasar por pretenciosos o incluso hacen lo que les trae el viento, engañando y engañando, que da más miedo que hacer nada.
Sin responsabilidad posterior. A los ojos de algunos cuadros dirigentes, la integridad es "inaceptable" para ellos, y servir como funcionario les resulta aún más desalentador. Pero debido a alguna ilusión, no quisieron ceder fácilmente su trono a los sabios, y esta se convirtió en "la forma de ser un funcionario".
Para no asumir responsabilidades, pueden dejar sus cargas cuando se enfrentan a responsabilidades pesadas, hacer la vista gorda ante los problemas y eludir responsabilidades siempre que no sea de su incumbencia, no estén atados; y no se lo provocan, y el desastre no es inminente. Incluso si no hace nada, engaña al mundo y roba su reputación, incluso si engaña a sus superiores y engaña a sus subordinados, no dudará en hacerlo.