Un poema que describe sentarse frente a la ventana escuchando la lluvia.
Encuentra una posición cómoda
Primero busca una posición cómoda, ya sea una silla junto a la ventana o una cama. Deje un hueco en la ventana para que entre el olor y el sonido de la lluvia. Puedes elegir cojines mullidos para estar más cómodo.
Agacharte
Sentado junto a la ventana y escuchando la lluvia, necesitas calmarte y dejar tus cosas. Puedes cerrar los ojos y sentir la humedad de la lluvia y el cambio del sonido. También puedes elegir tu libro favorito y leerlo lentamente para sumergirte en el mundo de los libros.
Siente la humedad de la lluvia
La lluvia es un regalo de la naturaleza. Nutre todo y nuestras almas. Sentados frente a la ventana y escuchando el sonido de la lluvia, podemos sentir la humedad de la lluvia y dejar que lave nuestros corazones. Cierra los ojos, siente las gotas de lluvia en tu rostro y déjate sentir la belleza de la naturaleza.
Escucha los cambios en el sonido de la lluvia.
La lluvia es un sonido mágico que nos permite sentir el poder de la naturaleza. Siéntate junto a la ventana y escucha la lluvia, y podrás escuchar los cambios en el sonido de la lluvia. A veces, finas gotas de lluvia golpean las ventanas, a veces llueve intensamente y, a veces, rugen truenos. Sumérgete en los sonidos y siente la magia de la naturaleza.
Pensar en el sentido de la vida
Sentarse junto a la ventana y escuchar la lluvia puede hacernos pensar en el sentido de la vida. La lluvia lo humedece todo y nos hace sentir el poder de la vida. Lo mismo ocurre con la vida: debemos apreciar cada día y sentir la belleza de la vida. El sonido de la lluvia también nos recuerda que debemos valorar el tiempo y hacer que nuestra vida tenga más sentido.
Final
Sentarse junto a la ventana y escuchar la lluvia es un disfrute diferente. La temporada de lluvias ya está aquí, así que lo mejor es buscar un lugar cómodo, calmarte y sentir la humedad de la lluvia y los cambios en el sonido. Sumérgete en esta hermosa atmósfera, piensa en el significado de la vida y hazla más significativa. Sentados frente a la ventana y escuchando el sonido de la lluvia, sintamos el poder de la naturaleza y dejemos que nuestro corazón sea lavado y nutrido.