Afortunadamente, tengo tu composición lírica del segundo grado de la escuela secundaria.
Cuando era niño, tomabas mi manita y caminabas por el parque. Tu generosa palma está llena de calor, haciéndome sentir un calor infinito. En el parque, me enseñaste a recitar esos breves poemas Tang y a leerlos una y otra vez con tu voz larga, mientras yo imitaba cuidadosamente la forma de tu boca. Temprano en la mañana, el sol del parque brilla en tu rostro rosado y el crujiente canto de los pájaros canta con nosotros.
De esta manera, día tras día, fui capaz de recitar muchos poemas. Escuchaste mi tierna voz infantil y la recitaste una y otra vez, con una sonrisa en tu rostro. Dices "eres increíble" una y otra vez. Al mismo tiempo, como recompensa, me dejaste sentarme en el carrusel, pintar cuadros al óleo y jugar a pescar en el parque. Eres muy feliz cuando me miras feliz, y también siento tu amor que es diferente al de otras madres.
Cuando sea mayor, me llevarás a la escuela intensiva en bicicleta. Tu generosa espalda es mi barrera más fuerte y me da una sensación infinita de seguridad. Independientemente de la primavera y el otoño, o del frío verano, con viento y lluvia, siempre estás empujando con fuerza el coche delante y al mismo tiempo preguntándome con cariño qué aprendí ese día. Cuando me escuchas hablar contigo todo el tiempo, incluso si no entiendes mucho, aun así sonreirás y me animarás suavemente. El viento sopla tu cabello y deja caer el sudor en tu frente. Sé que incluso si estás cansado, mientras escuches mi progreso, tu corazón seguirá estando feliz. Como otras madres, tienes un corazón cálido y expectativas.
Ahora que he crecido, la carga de estudio también ha aumentado. Estaba ocupada hasta las dos todos los días, pero tú te quedabas conmigo en silencio y, a veces, me traías un vaso de leche y un plato de fruta. Me dijiste que cuidara mi cuerpo y no me cansara. Tu cuidadoso cuidado me hace sentir una corriente cálida fluyendo hacia mi corazón. Suspiré: ¡Afortunadamente te tengo a ti! Soy muy motivada e incansable en mis estudios y en la vida.
Mamá, siempre me tocas momento tras momento, mirando hacia atrás el camino que he recorrido. Afortunadamente, contigo mi vida ya no es solitaria. Quisiera escribir palabras y grabarlas en los anillos de la vida para acompañarnos a ti y a mí por siempre.