Manuscrito de poesía para la recitación del Día del Niño en el jardín de infantes
Un mundo demasiado pequeño para ti, incluso con tus manos y pies.
Si te agachas no podrás entrar. Excusas de adultos.
Incluso si exploras y miras con ojo analítico,
Con una expresión alegre
Escuchas a escondidas todas nuestras conversaciones,
Tú Aún no encuentro el centro, bailamos, jugamos, la vida aún duerme.
Bajo la flor cerrada,
Bajo la suave cáscara del huevo,
El huevo en el nido en forma de copa,
Sonríe melancolía en tu paraíso más lejano.
2. Tu hijo
no es tu hijo.
Pero la vida añora a sus propios hijos.
Vienen a través de ti.
Pero no de ti.
Aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes darles amor.
Pero no puedes darles ideas.
Porque tienen sus propias ideas.
Puedes albergar sus cuerpos.
Pero no pueden cubrir sus almas.
Porque sus almas habitan en la casa del mañana.
Eso es algo que ni siquiera puedes imaginar en tus sueños.
Puedes intentar imitarlos.
Pero no puedes agradarles.
Porque la vida no retrocede.
Tampoco te quedes en el ayer.
Tú eres el arco, y tus hijos son las flechas de la vida en la cuerda.
El tirador fija su objetivo en el infinito.
Déjate llenar del poder divino
Deja que Sus flechas vuelen rápidas y lejos, y deja que tu flexión en la mano del arquero se convierta en alegría.
3. El 1 de junio quiero llevar una falda de flores.
El 1 de junio quiero cantar una canción infantil.
El 1 de junio quiero tocar el acordeón.
El 1 de junio quiero que el pañuelo rojo flote sobre mi pecho.
El viento agradeció ayer por abrir de golpe la puerta de la memoria.
El arco escondido quedó al descubierto bajo la lluvia
Los inmaduros pasos de baile cambiaron el ritmo.
El cuento de hadas queda atrás como un pañuelo.
El largo de la goma
Saca el pelo blanco de la frente
Esos cuadrados de tiza que se saltaron
No se cruzan , cola de caballo inteligente.
La sonrisa de un girasol
Es una gota de rocío que puede dar calidez y equipaje pesado.
Empiece poco a poco y extiéndase en los años de estrellas titilantes.
La calidez de sus ojos ha traspasado las vicisitudes de la vida. Nuestra patria es un jardín.
Caminar bajo el cálido sol.
Nos vemos de nuevo en el Día del Niño, el sol y la luna bailan sobre las teclas blancas y negras del piano de las viejas canciones infantiles de falda de flores.
Duerme en la inocencia que se niega a dormir.