Prefacio al error de cálculo de nuestras vidas
Creo firmemente que no cambiaremos nuestro comportamiento a menos que cambiemos la forma en que medimos el desempeño económico.
Si no queremos que un futuro para nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos esté lleno de desastres financieros, económicos, sociales y ambientales (que en última instancia serán desastres humanos), entonces debemos cambiar. la forma en que vivimos, los patrones de consumo y producción. Debemos cambiar las normas que determinan nuestra organización social y nuestra política pública.
Nos espera una revolución difícil, y definitivamente podemos sentirla.
Esta revolución puede ser completamente completa sólo si es primero una revolución en nuestras mentes, una revolución en nuestra forma de pensar, tendencias ideológicas y valores.