Periódico escrito a mano: aprendí a escribir un ensayo de 30 palabras sobre lavandería.
Primero puse mis pantalones y calcetines en el lavabo, luego lo llené con agua, le puse jabón y comencé a lavar la ropa. Primero lavé los calcetines. Son un poco toscos. Los enjaboné todos y comencé a amasarlos. Muchas pompas de jabón de colores salieron de mis manos, como muchas bolitas traviesas jugando conmigo. Después de un rato, todo lo que quedaba del par de calcetines estaba flotando. Es hora de lavar tus pantalones. Los pantalones eran mucho más fáciles de lavar que los calcetines y el jabón los limpiaba rápidamente. Empezó a alejarse. Primero vertí el agua en el recipiente, luego tomé otro recipiente con agua y me limpié los pantalones una y otra vez. Después de un rato, el agua se convirtió en agua fangosa con muchas pompas de jabón. Tomé otro recipiente con agua y lo enjuagué antes de que quedara muy claro. Saqué mis calcetines y pantalones, escurrí el agua y los colgué a secar en el balcón. Miré la ropa que estaba lavando y me sentí muy feliz.
¡Mira, lavar la ropa no cansa! Deja de decir que estás cansado.