Me hice una broma a mí mismo.
Tengo innumerables sueños hermosos día tras día. En mis sueños, soy una persona con innumerables dinero, superpoderes y omnipotencia. Las palabras de los forasteros entran por un oído y salen por el otro. Me convertí en un villano arrogante, egoísta y egocéntrico. Cuando sabes que estás equivocado, culpas a los demás y nunca despiertas en ti mismo, pensando siempre que tienes razón. Lastima a las personas que amas una y otra vez. Todos los que pagan por sí mismos. Hasta que la otra parte paga una y otra vez, pero no obtiene recompensa y se lastima una y otra vez. Me siento tan angustiado que no puedo evitarlo y sólo me arrepiento cuando estoy lejos. Si no lo aprecias cuando lo tienes, te arrepentirás después de perderlo. Después de repetidos golpes y repetidos fracasos, me di cuenta de que no era más que una broma, una broma que vivía en mi propio mundo de cuento de hadas. En una vida larga, ¿cuántas personas viven en un mundo que han tejido y cuántas personas se hacen una broma?