Colección de citas famosas - Frases motivadoras - Hay muchos "ancianos solitarios" en Japón que saben que todo está mal. ¿Por qué los padres japoneses no obligan a sus hijos a trabajar?

Hay muchos "ancianos solitarios" en Japón que saben que todo está mal. ¿Por qué los padres japoneses no obligan a sus hijos a trabajar?

Hay muchos "ancianos solitarios" en Japón. Saben que eso está mal, pero los padres japoneses no obligan a sus hijos a salir a trabajar. Primero, hay razones sociales. En el siglo pasado, debido al advenimiento de la burbuja económica de Japón, un gran número de empresas y compañías despidieron a sus empleados. Muchos graduados no tenían fuentes de empleo y sus padres estaban indefensos. En segundo lugar, los padres piensan que sus hijos tendrán que salir tarde o temprano, por lo que los miman y protegen demasiado.

En la década de 1990, Japón experimentó una grave crisis económica de burbuja y muchas empresas y empresas japonesas cayeron en recesión. Por el bien de sus propios intereses y el desarrollo a largo plazo, estas empresas no tienen más remedio que despedir empleados como último recurso, por lo que muchas personas se enfrentan a la crisis de los despidos. Para los recién graduados, no hay ninguna fuente de empleo. En el contexto social de esa época, solo podían optar por hacer trabajos ocasionales para ganarse la vida. Algunos niños de familias relativamente ricas mordían directamente a sus padres. Aunque ellos y sus padres sabían que estaba mal, no podían hacer nada al respecto.

La mayoría de los “ermitaños” de Japón son personas de mediana edad y ancianos. Debido a que no estaban en contacto con la sociedad en ese momento, les resultará difícil salir a trabajar una vez que la economía se recupere. Muchas empresas japonesas incluso afirmaron directamente que la empresa sólo contrata a recién graduados. Ellos y sus padres ancianos se han convertido gradualmente en islas aisladas en la sociedad japonesa. Al principio, estos padres pensaron que sus hijos algún día podrían valerse por sí mismos, y sus acciones de proteger siempre a sus hijos allanaron el camino para que hoy se convirtieran en islas aisladas.

Las “familias ermitañas” de Japón han sido uno de los problemas de Japón desde el siglo pasado. De hecho, esto no es sólo un problema de Japón, sino también un problema que enfrentan muchos países.