¿Tiene el pensamiento industrial de Stalin algún impacto positivo?
En segundo lugar, Stalin concedía gran importancia al papel de la ciencia, la tecnología y los talentos en el proceso de industrialización. A principios de la década de 1930, Stalin propuso el lema "En el período de transformación, la tecnología lo determina todo" en respuesta a las escasas capacidades de producción y los bajos niveles de cultura y conocimientos profesionales de aquella época. Alentada por este lema, la Unión Soviética estableció no sólo la industria de fabricación de maquinaria, sino también nuevos sectores como la fabricación de maquinaria pesada y la fabricación de aviones. Miles de antiguas empresas se transformaron sobre una nueva base y la industria del transporte ferroviario comenzó a implementar la electrificación y la mecanización.
La falta de equipamiento técnico desapareció en gran medida en tan sólo unos años. Al mismo tiempo, Stalin también se dio cuenta de que el desarrollo de la ciencia y la tecnología y la formación de cuadros y profesionales adecuados para la construcción económica socialista son inseparables de los intelectuales. El rápido desarrollo de la industria soviética fue inseparable de la ayuda de ingenieros y técnicos, así como de los comandantes industriales. Con este fin, la Unión Soviética cultivó y capacitó activamente a ingenieros, técnicos y trabajadores calificados. Durante el período del Plan Quinquenal, las escuelas industriales se multiplicaron por nueve y las escuelas técnicas secundarias se triplicaron. Casi 65.438+ personal técnico y de ingeniería han sido capacitados para grandes industrias. Esto contribuyó en gran medida a la rápida industrialización de la Unión Soviética.
En tercer lugar, Stalin también fue muy bueno en la introducción y utilización de tecnologías extranjeras avanzadas. En 1927 y febrero de 1927, la resolución adoptada por el XV Congreso Bolchevique de las Naciones Unidas sobre la redacción del Primer Plan Quinquenal señaló que los vínculos económicos con los países capitalistas deben fortalecerse al máximo porque dichos vínculos fortalecerán la fuerza económica de la Unión Soviética, hacerla más independiente del mundo capitalista y ampliar las bases para un mayor desarrollo del socialismo soviético. Sobre esta base, en 1929 la Unión Soviética firmó más de 70 acuerdos de asistencia técnica con capitalistas extranjeros. En 1931, el número de proyectos que recibían asistencia técnica de la Unión Soviética aumentó a 124, con un monto total de 83 millones de rublos. Esto también creó una fuerza que no puede ignorarse para el desarrollo económico de la Unión Soviética.