Colección de citas famosas - Colección de consignas - Acepta tu destino y cree en él.

Acepta tu destino y cree en él.

No es fácil para una persona ser favorecida por el Dios del destino. Si quieres vivir una buena vida, primero debes comprender la importancia de la vida, es decir, creer en el destino y aceptarlo. Creer en el destino significa saber que no puedes hacerlo, y aceptar el destino significa trazar una línea y aceptar lo que no puedes conseguir. Confucio dijo: "Sigue los deseos de tu corazón sin exceder las recompensas". La frase "sin exceder el límite" significa resignación. No hubo Confucio en la antigua Grecia, pero su comprensión del destino era similar a la de Confucio. Detrás de Zeus, el dios de sus dioses, está Moira, la diosa del destino que controla a los dioses.

Dado que el destino no es innato, ¿cómo se determina el destino de una persona? Imaginemos un escenario como este. Si alguien nos abofeteara en la calle, tendríamos una reacción nuclear. Todas las reacciones se pueden resumir en tres tipos: el primer tipo nos abofetea, el segundo tipo nos tapa la cara y se aleja, y el tercer tipo nos analiza con calma primero. Quizás deberíamos darnos una lección. Quizás la otra persona sea realmente un idiota. Quizás deberíamos llamar a la policía para que se ocupe de esto. Por supuesto, alguien podría reconocerlo y encontrar una oportunidad para castigarlo.

En nuestra experiencia de vida, siempre nos encontraremos con diversos problemas y dificultades, al igual que los demás o en realidad, nos están abofeteando constantemente. La forma en que respondemos a estas bofetadas y cómo las afrontamos determina nuestro destino.

A la famosa Primera Ministra británica Margaret Thatcher le gustaba decir: Presta atención a tus pensamientos, porque ellos pueden determinar tus palabras y acciones. Cuida tus palabras y acciones porque Él puede dictar tus acciones. Presta atención a tu comportamiento porque puede convertirse en tu hábito. Presta atención a tu hábito porque puede moldear tu carácter. Presta atención a tu carácter porque puede determinar tu destino.

Mis acciones se parecen mucho a una admisión de cobardía. Por ejemplo, en el trabajo, el líder era parcial e intimidaba a los demás, pero después de ser ascendido en el trabajo, ya no era yo. Me pediré que trabaje más y más para impresionar al líder, pero el líder seguirá intimidándote cada vez, lo que equivale a ocultar su rostro y admitir su cobardía.