Composición de sexto grado: Happy House
Puedo dormir en una cama pequeña y descansar lentamente sin miedo a que mis padres me pidan que haga cosas; también puedo leer y dibujar sin miedo a que la abuela me regañe; puedo dar volteretas, rodar, correr y saltar; sin miedo Otros me llaman. The Happy House es donde juego, me muevo y aprendo. Soy el pequeño maestro aquí y soy responsable de todo lo que hay dentro. La cabaña es mi mundo de aprendizaje. Hay una lámpara de escritorio en el escritorio junto a la ventana, junto a ella están mi diario, extractos y el "Diccionario Xinhua" de uso común. Hay un diccionario Xinhua de bolígrafo grueso en el portalápices, un bolígrafo grueso, un lápiz fino, un pincel para escribir que gané el primer premio y un bolígrafo de gel que mi madre me compró y mi padre compró. Todos ellos son mis asistentes de estudio. Hay una vitrina frente al escritorio. Hay muchas cosas dentro: el modelo de avión que hice yo mismo, las piedras que recogí cuando visité la montaña Wudang, las conchas que recogí en la playa... Lo tengo todo.
Hay una enorme estantería en el lado izquierdo del escritorio, que es el tesoro del conocimiento en Happy House. Hay Semanario de Fútbol, Literatura Juvenil, Amamos la Ciencia, 1000 Secretos, Preguntas y Respuestas para Niños, Buenas Palabras, Buenas Frases, Buenos Párrafos, Buenos Artículos, Rey de las Historias, etc. Tengo cientos de libros que puedes pedir prestados en cualquier momento si quieres leerlos. Detrás del escritorio hay una camita plana, limpia y cómoda. La madre hizo la cuna plana, cómoda y ordenada. Al lado de la cama hay una imagen de mi personaje de dibujos animados favorito "Doraemon". Incluso las almohadas, sábanas y edredones tienen la imagen de "Doraemon". Cuando estoy cansado o termino mi tarea, me acuesto en la cama pequeña para descansar lentamente y caer en un dulce sueño. En un momento, los pies de mi hermana tocaron el suelo y corrió hacia mi cuna. Había muchas huellas negras en las sábanas, lo que realmente me molestó. Los objetos de la cabaña me acompañan día y noche y se convierten en mis amigos. Cuando me cansé de hacer los deberes, la cuna me dijo: "¡Descansa!". "No quiero hacer los deberes". La lámpara del escritorio me fulminó con la mirada y dijo: "¡Jugaré cuando termine!". "No puedo escribir ensayos". El cuaderno de composición saltó y dijo: "¡Mírame! Tú puedes escribir".
Me encanta mi casa feliz.