Querida maestra, me gusta tu composición, no menos de 500 palabras.
Los profesores son ingenieros del alma humana. Cuando entramos a la escuela por primera vez y felizmente nos convertimos en jóvenes pioneros, la maestra nos dejó una profunda impresión. La maestra es una jardinera trabajadora que trabaja duro para cultivar las flores de la patria todos los días. Espero que podamos crecer rápidamente... Admiramos cada palabra y acción de la maestra. Esta es la razón por la que la maestra nos enseña. cómo ser un ser humano. Debemos agradecer a nuestros maestros por educarnos.
Un ejemplo vivo está justo frente a ti. ¿No deberíamos estudiar mucho?
Recuerdo aquella vez, los profesores y alumnos del colegio realizaron un evento de premiación bajo el sol abrasador. Durante dos clases enteras, el sol casi nos secó. Finalmente regresamos al salón de clases para tomar un descanso y tomar una copa. Pero querida maestra, ni siquiera bebiste un sorbo de agua y todavía estabas ocupada dándonos lecciones adicionales. En el salón de clases, escuchamos tu voz ronca y vimos una gota de sudor corriendo por tu cuello. Simplemente lo soportaste hasta el final de la clase. Dijiste que no importa qué tan malas sean tus calificaciones, el maestro te ayudará a compensarlas. Por muy buenas que sean tus notas, el profesor no te favorecerá. ¿Cómo no conmovernos con estas palabras sencillas y amables?
No podemos agradecerte lo suficiente por ser profesor. Cuando aceptamos más conocimientos con grandes ganancias, sabemos que el maestro es una vela que se apaga a sí mismo e ilumina a los demás. Nuestro crecimiento es inseparable de nuestros maestros. Nuestro progreso condensa el arduo trabajo y el arduo trabajo de nuestros maestros. ¡En esta dorada temporada de cosecha de otoño, que el viento otoñal envíe nuestras más sinceras felicitaciones a nuestro querido maestro!