¿Qué es la iniciativa subjetiva?
(2) La regularidad objetiva y la iniciativa subjetiva son dos campos completamente diferentes. La regularidad objetiva pertenece al mundo material en sí, la iniciativa subjetiva pertenece a la conciencia. Pero ambos están unificados en la materialidad del mundo. La relación entre ellos es dialéctica.
① El respeto a las leyes objetivas es el requisito previo para ejercer correctamente la iniciativa subjetiva.
Dar pleno juego a la iniciativa subjetiva de las personas es una condición necesaria para comprender y utilizar las leyes objetivas.
En primer lugar, la transformación de las leyes objetivas en conciencia subjetiva significa que las personas comprenden las leyes de las cosas en la práctica, captan esta ley con conceptos y luego transforman las leyes objetivas en la conciencia subjetiva de las personas.
En segundo lugar, la conciencia humana combina las leyes que conoce con sus metas e ideales para formar planes, programas, directrices y políticas, y ponerlas en práctica para transformar el mundo objetivo y convertirlo en cosas objetivas. Los procesos anteriores son todos manifestaciones de la iniciativa subjetiva humana. Por lo tanto, el respeto de las leyes objetivas debe dar pleno juego a la iniciativa subjetiva de las personas. Aunque la ley es objetiva e irresistible, las personas no permanecen inactivas ante la ley. Por el contrario, la gente no sólo puede comprender las leyes ejerciendo su iniciativa subjetiva, sino también utilizarlas en beneficio de la humanidad.
La iniciativa de la conciencia está siempre restringida y determinada por la materia objetiva. Las razones para la generación y realización de las acciones, metas, ideas y planes humanos sólo pueden encontrarse en la realidad objetiva, ya sean metas, pensamientos, planes, etc. Que pueda realizarse depende en última instancia de si sus ideas están en consonancia con la realidad objetiva y si cuentan con las condiciones materiales necesarias.
El respeto a las leyes objetivas y el ejercicio de la iniciativa subjetiva están dialécticamente unificados. Respetar las leyes objetivas es el requisito previo para ejercer la iniciativa subjetiva; sólo dando pleno juego a la iniciativa subjetiva se pueden comprender y dominar las leyes objetivas. En el trabajo práctico, debemos oponernos tanto a la "omnipotencia espiritual" como a la teoría mecanicista que niega la iniciativa de la conciencia.