Escribe un ensayo con el título de esa historia de libertad.
Los pájaros son tan buenos, son libres y sin preocupaciones, y pueden volar libremente en el vasto cielo; los copos de nieve son tan buenos, son despreocupados y sin preocupaciones, pueden volar por toda la tierra ilimitada; Qué maravillosos son los peces, pueden ir y venir sin dejar rastro y jugar libremente en el océano sin límites. Oh, los envidio mucho.
Mírame ahora, enfrentando la presión de la Universidad de Shandong, enfrentando el dolor de crecer, enfrentando los lazos emocionales, enfrentando todo tipo de cosas todos los días, preocupándome por mí todo el día, sintiéndome deprimido, yo Realmente extraño ese momento. ¡Qué día tan libre!
Hablando de aquellos días de libertad, ya fueron hace tres o cuatro años.
En primavera todo revive y se llena de vitalidad. Si hace buen tiempo, la profesora nos llevará a una salida primaveral. "Caminando por el camino rural..." Usamos canciones para describir nuestra situación en ese momento. La hierba que acababa de emerger era tierna y verde. Esto se llama "el fuego salvaje no se apagará, pero la brisa primaveral soplará". de nuevo."
En verano, los árboles son frondosos, las cigarras cantan, los pájaros cantan y los peces nadan. La escena vibrante, despreocupada y libre hace que mi corazón se conmueva. Caminamos juntos con algunas personas por el frondoso bosque verde y junto al estanque, admirando estas vidas libres, ¡lo que me hizo suspirar de emoción!
En otoño, las hojas caídas vuelven a sus raíces, la brisa otoñal trae frescor, pero la montaña de enfrente es un vasto océano rojo. Elegí un fresco día de otoño, me subí a mi bicicleta y viajé en este mar rojo. Trozos de hojas de arce rojas aparecieron en mis ojos. En ese momento, "Detente y siéntate enamorado del bosque de arces por la noche". "Las hojas heladas son tan rojas como las flores de febrero", apareció en mi mente.
En invierno, los copos de nieve vuelan por todo el cielo, y un mundo cubierto de plata bautiza mi alma. En la escuela, los profesores nos acompañaban en las peleas de bolas de nieve y en la construcción de muñecos de nieve. Las bolas de nieve volaban por todo el cielo y nos deleitábamos con todo tipo de muñecos de nieve. De camino a casa, esquiábamos mientras caminábamos, nos caíamos y nos levantábamos. Todo el mundo tiene una gran sonrisa en la cara.
El tiempo vuela como una flecha, y el sol y la luna vuelan como una lanzadera. Han pasado tres o cuatro años en un abrir y cerrar de ojos, y esos días de libertad ya no están ahí. Los fragmentos de la vida libre siempre se repiten en mi mente...