Dios mío, soy culpable. Por favor, ayúdame.
¿Te has dado cuenta de que eres culpable y has pedido perdón a Dios? ¡Esto demuestra que eres una persona amada por Dios y destinada a la vida eterna! Si no fuera por el Espíritu Santo para iluminarte y regenerarte, no sabrías que eres pecador, ni admitirías que eres pecador. Hoy, tu clamor de ayuda prueba que has aceptado la salvación de la cruz de Jesús y has aceptado a Jesucristo como tu Salvador y Señor de la vida. En este momento, te has convertido en un hijo de Dios y Jesús te ha salvado de la esclavitud del pecado y te ha llevado a la gracia infinita de Dios. Tu alma ha nacido de nuevo y eres una persona justa, no un pecador. El siguiente es el proceso de renovación y cambio de tu alma. Es decir, tu corazón cambia con la renovación, tu conocimiento continúa volviéndose hacia el espíritu (el nuevo hombre regenerado, el Espíritu de Cristo), y el reconocimiento del espíritu significa que continúas arrepintiéndote. Has sido salvo, pero si quieres seguir conociendo al Señor Jesús, debes leer la Biblia, orar y asistir a las reuniones. Dios trabaja en conjunto para beneficiar a aquellos que aman a Dios (a quienes Dios ama) y para renovar sus almas.
Que Dios te bendiga. ¡Amén!