No hay desesperación en el mundo, sólo ensayos escritos por personas desesperadas.
Tendemos a creer lo que vemos con nuestros ojos e interpretamos historias absurdas en nuestra mente en base a los fragmentos que vemos. Lo que es aún más divertido es que todavía tenemos miedo de estas historias que inventamos. Para escapar del peligro o dolor imaginario, nos alejamos temprano. Cuando nos vayamos, estaremos agradecidos por haber tenido la previsión de evitar más daños. Sin embargo, cuando miramos atrás con curiosidad, encontramos que las cosas no son como imaginábamos o no son tan serias, lo que nos hace pasar de ser inteligentes Zhuge Liang a estúpidos cobardes.
Por otro lado, cuando las cosas realmente se salen de control, permitirse sumergirse en la desesperación es sólo un escape. Las dificultades no desaparecerán por la desesperación, sólo empeorarán. No podemos recorrer todo el camino, siempre nos encontraremos con senderos escarpados o montañas peligrosas. ¿Nos detenemos porque el camino se vuelve difícil? A menos que esté dispuesto a permanecer donde está por el resto de su vida, debe buscar activamente formas de seguir adelante. No importa lo difícil que sea el camino que tienes por delante, siempre habrá un momento en el que llegues al final. Mientras no te detengas ni retrocedas, no importa cuán largo o difícil sea el camino, podrás terminarlo.
No hay desesperación en el mundo, sólo gente desesperada. Las personas a menudo imaginan situaciones desesperadas en momentos de miedo y ansiedad. Siempre hay esperanza, siempre y cuando estés dispuesto a persistir y trabajar duro. Si insistes en cerrar los ojos, incluso la esperanza es inútil. No importa en qué situación te encuentres, nunca pierdas la esperanza. Da un paso más y es posible que veas un paisaje diferente.