Poemas alabando a los profesores de primer grado
Elogio a la recitación de poesía de la maestra de primer grado 1
Una alondra inteligente debería cantar para la maestra.
El maestro puede hacer que el desierto ya no esté desolado,
generando oasis que fluyen como arroyos,
el maestro tiene una prescripción mágica,
La estupidez puede volverse inteligente.
Incluso si el río Yangtze se convierte en tinta,
no puede atraer toda la luz de los maestros,
Incluso si la tierra está hecha de papel,
No puedo terminar el capítulo del profesor.
Elogio al recital de poesía de profesores de primero y segundo de bachillerato
Desde gente corriente hasta funcionarios y generales militares,
De cada movimiento a galopar en el campo,
De niño a volar,
De aprender a cantar,
Desde la perspectiva del talento literario,
Desde la suma, la resta, la multiplicación y la división hasta las operaciones de suavizado,
¿Quién no ha sentido el alimento de un maestro?
¿Quién no ha experimentado nunca el corazón de un profesor?
¿Quién no quiere probar el buen vino del profesor?
Recitación de poesía de 3er grado para alabar al maestro
Maestro, te admiro,
No puedo explicar por qué hay tanta admiración,
Mirando la letra limpia y hermosa que dejaste en la pizarra,
No puedo imaginar cuánto misterio y trabajo duro hay en ella.
Sólo sé que esta es vuestra aportación desinteresada a la educación social.
Elogio a la Maestra de 4º Grado 1 por su recitación de poesía
Si fuera poeta,
Escribiría poemas con mucho entusiasmo,
Alaben la anchura y la profundidad del mar.
¿Dedicado a ti?
Soy de mente amplia y conocedora.
Elogio a la maestra de quinto grado por su recitación de poesía
Por lo general, los maestros son jardineros trabajadores.
Cultivar con cuidado las flores de nuestro jardín,
En nuestro corazón,
la maestra es un hermoso clavel,
alrededor del clavel Las estrellas en el cielo somos nosotros y el maestro es la flor que florece para siempre en nuestros corazones.
Elogio al profesor de la Clase 6, Grado 1, por su recitación de poesía
La brisa de la tarde sopló en mis oídos y escuché un toque de otoño.
Contando el pasado profundo bajo el baniano
Extiende las manos y toca la sombra de las hojas caídas, pero no puedes retener las fugaces.
El reloj de arena entre los dedos, el atardecer se va alejando lentamente.
Los saludos desde el otro lado del teléfono fueron ligeros y astringentes.
Conviértelo en anhelo y diluye el malentendido en la taza de té.
Las emociones sin palabras allanan un puente sólido.
Establece un agradecimiento.