Si no puedes soportar el dolor de la autodisciplina, ¿cuál es la siguiente frase?
Hay un dicho que dice que quien vence a otros es un héroe, y quien vence a sí mismo es un santo. Vencerte a ti mismo es autodisciplina. La clave de la autodisciplina es gestionarte a ti mismo desde cinco aspectos:
Primero, gestiona tus propios pensamientos. Los pensamientos determinan el comportamiento y son el interruptor maestro de la autodisciplina. Para cultivar los tres puntos de vista correctos, debemos tener pensamientos rectos. Reflexionaré sobre mí mismo tres veces al día. Si tengo algún pensamiento equivocado, me borraré y me corregiré.
En segundo lugar, gestiona tu propia mentalidad. Como dice el refrán, casi siempre suceden cosas infelices y todo en la vida no sale como se esperaba. El éxito y los altibajos siempre van de la mano. Vea el lado positivo de las cosas, mantenga una actitud positiva, adáptese, supere las emociones negativas y avance hacia un futuro brillante.
En tercer lugar, gestiona tus propios deseos. Todo el mundo tiene deseos. El deseo es un arma de doble filo. Los deseos razonables impulsan a las personas a progresar. Si superan el límite, se encuentran con líneas rojas y luces rojas. Tenemos que ver a través de las cuatro paredes del poder, el dinero, el color y el gas. El llamado caballero que ama la riqueza debe obtener riqueza y reputación legales mediante sus propios esfuerzos. No seas codicioso de ganancias insignificantes y no tengas malos pensamientos.
Cuarto, controla tus emociones. Aprende a gestionar las emociones, a tener tranquilidad, a tratar las cosas de forma racional, a ponerte en el lugar de los demás, a ser más tolerante y a comunicar más. No eches más leña al fuego y tomes represalias del mismo modo.
En quinto lugar, controlar la conducta. Para cultivar tu concentración debes controlarte en los momentos críticos y en el último paso no hacer nada fuera de lo común por impulso o malas ideas. Al mismo tiempo, tenemos que seguir haciendo lo que nos hemos propuesto hasta que lo hagamos bien. No rendirse a mitad de camino y renunciar a todos nuestros esfuerzos anteriores.