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¿El Vaticano histórico enfadaría al emperador Kangxi?

Desde la dinastía Han, China ha creído en la idea confuciana de lealtad al emperador, que está profundamente arraigada. Desde las dinastías Ming y Qing, los intercambios globales se han vuelto cada vez más prósperos. El emperador Kangxi también adoptó una actitud abierta. No sólo estaba bien versado en estudios chinos y occidentales, sino que poco a poco apareció un ministro de Asuntos Exteriores en la corte.

Los famosos son el alemán Thomas John y el francés Bai Jin, que también son cristianos. Al principio, el emperador Kangxi no tenía ninguna objeción al cristianismo, e incluso tenía una impresión favorable de él. Los cristianos tienen una larga historia de trabajo misionero en Asia. Durante el Período de los Reinos Combatientes de Japón, sacerdotes españoles y holandeses predicaron en Japón. En ese momento, se les llamaba "Che Zhidan", que es un homófono de cristianos. Más tarde, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu prohibieron el cristianismo porque el cristianismo comenzó a interferir en los asuntos internos.

Al principio, el emperador Kangxi también adoptó una actitud tolerante y aceptó las predicaciones de los sacerdotes cristianos. Más tarde se descubrió que su príncipe utilizó el cristianismo como herramienta para luchar por el poder, y la Santa Sede también intentó interferir muchas veces con la cultura, la ética y la política tradicionales de China.

Al principio, la Santa Sede permitió a los creyentes chinos adorar a Confucio al mismo tiempo. Más tarde, la Santa Sede creyó que adorar a Confucio al mismo tiempo era una traición a los principios cristianos y que Confucio no podía ser adorado. La cultura confuciana es insustituible en China. Es imposible ser tan ridículo y es imposible dejar que otros te digan qué hacer con la majestad del emperador Kangxi y la forma china de gobernar el país.

El emperador Kangxi también discutió muchas veces con Bai Jin y otros ministros de Relaciones Exteriores. Aunque la etiqueta era diferente, también mostró gran importancia debido a los intereses de la dinastía. Aunque el emperador Kangxi prohibió el trabajo misionero cristiano, los extranjeros capacitados aún podían vivir en China. Esto también demuestra que el emperador Kangxi valoraba la ciencia y la tecnología y no gobernaba ciegamente. La razón es evidente. Incluso ahora, la no interferencia en los asuntos internos de países soberanos es de sentido común en la comunidad internacional.