Fiesta del domingo

¡Mi esposa y mis dos hijos salieron a disfrutar del paisaje natural, mientras yo iba a la iglesia para asistir solo a los servicios y reuniones!

Casi todos los hermanos y hermanas que vienen a la iglesia elogian a este equipo. Levantaron la vista y vieron a Paul acercándose para saludar y luego orar en silencio. Durante todo el proceso de oración, revisé mis experiencias de los últimos dos años. ¡Hubo lágrimas, alegría, frustración, tristeza, ira y esperanza!

¿Quién podrá acompañarme hasta el final de mi vida? Es obvio cuando miro hacia atrás en mis experiencias de vida. Sólo Dios es mi compañero más fiel en esta vida. Mientras oraba aquí, no pude contener las lágrimas y no podía ver el taburete frente a mí. El tierno amor de Jesús continúa tocando mi corazón y consolándome. ¡Me siento tan feliz y satisfecha!

Comenzó la alabanza y la letra decía: "Cuando miré hacia la cruz, supe que era yo quien había levantado a Jesús con mis propias manos. Fui yo quien se reía de Jesús bajo la cruz. Fui yo quien lo abofeteó. Fui yo. Él crucificó a Jesús”. Sin embargo, el Señor Jesús fue a la cruz sin dudarlo, se sacrificó y pagó el precio que yo debía haber pagado, y mi vida fue salvada. Así que fui liberado, libre y viviendo una vida libre y sin grilletes. Las lágrimas seguían cayendo y no podía emitir ningún sonido, pero aun así hice lo mejor que pude para cantar himnos. La letra dice: "No tengo nada de qué jactarme en esta vida, excepto Jesús y su sufrimiento".

Pensando en por qué las personas pueden jactarse de sí mismas y enseñar a otros, la lógica detrás de esto no es más que comentar. desde las alturas dominantes de la moral y la justicia recorre y señala el país. Todo sea para mostrar lo noble, hermosa y mejor que eres que los demás. ¡Así que lo que! ¡Aún eres humano y aún morirás!

Finalmente, ¿quién merece leer el Apocalipsis? Sólo la tribu de Judá, los descendientes de David, el Cordero inmolado, murió y resucitó. Él es digno de toda alabanza, gloria y autoridad...

Alabado sea el Padre, alabado sea el Hijo, alabado sea el Espíritu, Trinidad.