La leyenda del amor ucraniano sobre el oro rojo
Nadie ha visto el verdadero rostro de un tigre, pero no es misterioso, porque la mayoría de la gente dice haberlo "visto". La razón por la que lo cito es porque nadie que lo ha "visto". un tigre puede decir claramente cuánto mide, cuántas patas tiene, cuántas cabezas tiene...
La gente suele discutir interminablemente cómo es el Barb Barb y, a veces, pueden alcanzarlo. algún tipo de consenso. Por ejemplo, la mayoría de la gente está de acuerdo en que tiene más de tres patas, pero algunas personas dicen que solo tiene dos porque se mueve demasiado rápido y se confunde con más de tres patas. Como otro ejemplo, la mayoría de la gente está de acuerdo en que suena un poco como un trueno, pero algunos dicen que suena como grillos. En cualquier caso, nadie pudo aportar pruebas convincentes de su afirmación porque nadie había atrapado al tigre ni había tomado ninguna fotografía.
Algunas personas también plantearon un punto sorprendente: este tipo de cosas son inventadas por personas y no existen en absoluto. Estas personas señalan que las emociones humanas suelen ser muy poco fiables. Lo que "encuentran" puede ser simplemente su propia imaginación, o pueden ser otras bestias del pasado. Por sugerencia psicológica, los humanos lo consideran un "tigre espinoso"; esta opinión no es aceptada por la mayoría de la gente, pero aún así ocupa un lugar en la historia de la biología.
A lo largo de los tiempos, la gente ha dejado muchos textos sobre los tigres, y muchas personas inteligentes están estudiando los tigres: ¿Qué tipo de animal es? ¿De dónde viene? ¿A dónde va? Algunos estudiosos han descubierto que las técnicas utilizadas para apuñalar a los tigres en diferentes épocas suelen ser diferentes; algunos estudiosos han descubierto que la apariencia de los tigres en diferentes regiones también es muy diferente; algunos estudiosos han señalado que las espinas de los tigres en realidad no son bestias míticas, sino que bestias demoníacas, por lo que son cambiantes. La gente debería tener cuidado con él, no adorarlo.