¿Por qué deberíamos tener una sensación de crisis “infundada”?
Muchos fracasos empresariales se deben a una falta de concienciación sobre la crisis. Si los gerentes tienen una sensación de crisis cuando tienen éxito, entonces muchas dificultades operativas, mala rotación, pérdidas y situaciones al borde de la quiebra serán cortadas de raíz y no causarán crisis devastadoras.
El "fiasco" de IBM, el gigante azul de la industria informática, es un claro ejemplo. Cuando las grandes computadoras generaron enormes ganancias para IBM, toda IBM se sumergió en la alegría del éxito y perdió la sensación de crisis. Sin embargo, el entorno del mercado ha ido cambiando y gradualmente se están eliminando las computadoras de gran tamaño. Comenzaron a surgir minicomputadoras más livianas y baratas, y cada vez más personas comenzaron a preferir las minicomputadoras. Sin embargo, IBM ignoró la nueva situación del mercado y no era consciente de la posible crisis. Todavía estaba obsesionada con la gloria creada por la computadora central y finalmente se metió en problemas y no pudo recuperarse durante mucho tiempo.
Entonces, el éxito está lleno de crisis. Aunque pueda resultar un poco "alarmista" a los ojos del mundo, para un directivo es absolutamente necesario. No se trata de mucho ruido y pocas nueces, sino de una visión de futuro para el desarrollo y crecimiento de la empresa. Ésta es una de las diferencias más significativas entre los directivos exitosos y los directivos corrientes.
Aunque la "preocupación infundada" siempre se ha considerado una mentalidad pesimista ridícula, en cierto sentido, especialmente desde la perspectiva de los directivos, es muy necesario reentender el significado de este modismo. El cielo no se caerá, pero la gente no puede evitar sentir la urgencia de prevenir desastres naturales. Lo mismo ocurre con las empresas. Cuando estás en tu momento más glorioso, todavía tienes que pensar en el fracaso, para no dejarte llevar, dejarte llevar y levantar la cola hacia el cielo.
La American Boeing Company tiene este tipo de sensación de crisis "infundada". A principios de la década de 1990, Boeing enfrentó una enorme crisis, con una caída de la producción y un descenso del rendimiento operativo. Para salir del estancamiento, la dirección de Boeing decidió "combatir fuego con fuego" y exponer la trágica situación frente a la crisis, para estimular a los empleados, estimular su entusiasmo y lograr el propósito de revivir a Boeing.
Con este fin, Boeing produjo un noticiero de televisión virtual: En un día sombrío, muchos trabajadores salieron de la fábrica de aviones donde habían trabajado durante muchos años, arrastrando sus pesados pasos en señal de frustración. También hay un cartel que dice "Fábrica en venta" colgado en el edificio de la fábrica. En ese momento, una voz salió del altavoz: "Hoy es el final de la era Boeing. Boeing ha cerrado su último taller ..." Este clip de noticias se reprodujo repetidamente en la empresa.
Esta noticia televisiva sobre el "fracaso empresarial" rápidamente surtió efecto. Los empleados son profundamente conscientes de la crueldad de la competencia en el mercado y de que la marea de la economía de mercado puede devorar a las empresas exitosas en cualquier momento. Sólo si avanzan continuamente y se esfuerzan por innovar, las empresas podrán aprovechar la marea económica y seguir siendo invencibles en la competencia. De lo contrario, la quiebra será inevitable.
Como dijo el presidente de Boeing, Philip Condit, "Nuestro objetivo fundamental es garantizar que nuestra empresa todavía pueda encontrarse en la guía telefónica dentro de 10 años". Boeing lo intentó rápidamente. Aquí viene el punto óptimo de esta acción. Los empleados trabajan duro debido a una sensación de crisis, ahorrando cada centavo del dinero de la compañía y aprovechando al máximo cada minuto, para que los aviones de Boeing puedan fabricarse de manera rápida y eficiente.
“Si una persona no tiene preocupaciones a largo plazo, debe tener preocupaciones inmediatas”. En esta era de competencia brutal, ninguna empresa puede garantizar su eterna invencibilidad. Sólo estando preparados para los peligros en tiempos de paz, los responsables de la toma de decisiones podrán guiar a la empresa por el camino correcto de desarrollo. Sólo cuando los tomadores de decisiones sean más conscientes de las crisis y practiquen más su gestión podrán brindar mayor protección a las empresas.