¿Por qué quieres hablar de una relación que se rompió?
Enamorarse es algo hermoso que puede traernos felicidad y alegría. Pero a veces sabemos que esta relación no durará mucho, pero aun así elegimos tener una relación. En este caso, ¿cómo debemos afrontar esta relación? ¿Vale la pena intentarlo?
En primer lugar, debemos entender por qué estamos en esta relación. ¿Es por soledad y querer que alguien te acompañe, o por tu agrado y amor hacia la otra persona? Si te enamoras sólo por la soledad, entonces esa relación no tiene sentido y sólo te decepcionará más. Sin embargo, si es por tu agrado y amor por la otra persona, entonces vale la pena intentarlo incluso si sabes que eventualmente terminarán.
En segundo lugar, necesitamos aclarar nuestras posiciones e ideas y las de la otra parte. Antes de iniciar una relación, debemos comprender claramente los puntos de vista y expectativas de la otra persona sobre la relación, así como nuestras propias actitudes y pensamientos sobre la relación. Si la otra parte también deja claro que sólo quiere una relación breve, entonces debemos considerar seriamente si podemos aceptar tales condiciones.
Por último, debemos comprender claramente nuestro resultado final y nuestra tolerancia. Antes de entablar una relación en la que sabemos que vamos a romper, debemos comprender claramente nuestro propio resultado final y nuestra tolerancia. Si la otra persona hace algo que excede nuestro resultado final en la relación, debemos terminar la relación de manera decisiva para evitar hacernos daño a nosotros mismos.
En resumen, caer en una relación de la que sabes que vas a romper no es algo que no valga la pena intentar. Si podemos comprender claramente nuestras posiciones y pensamientos y los de la otra persona, y aclarar nuestros propios resultados y tolerancia, incluso si eventualmente rompemos, todavía podemos obtener algunos buenos recuerdos y experiencias en esta relación. Sin embargo, antes de entablar una relación de este tipo, debemos pensarlo detenidamente y sopesarlo detenidamente para evitar lastimarnos demasiado.