¿Qué te motiva a trabajar?
Algunas personas piensan que es vandalismo hablar de ideales y aspiraciones en lugar de dinero en el trabajo. Eso es sólo una excusa para que el jefe engañe a la gente.
En el mismo ambiente y condiciones de trabajo, un salario generoso es ciertamente más atractivo.
Pero, ¿es realmente el dinero un motivador tan grande?
Si este es el caso, ¿cómo explicar el mismo salario? Algunas personas son enérgicas y otras son perezosas. ¿Por qué?
La diferencia radica en la actitud y comprensión del trabajo, que se puede dividir en tres ámbitos.
Al más alto nivel, algunas personas consideran el trabajo como una carrera y una misión, tienen sus propios objetivos profesionales, trabajan incansablemente y logran logros a lo largo de sus vidas.
En el nivel medio, algunas personas consideran el trabajo como una oportunidad para su propio aprendizaje, crecimiento y experiencia, y trabajan duro y activamente.
Lo peor es que no me gusta trabajar, simplemente me entretengo en términos de remuneración, trabajo superficial, superficial yo mismo, y me entretengo.
Diferentes reinos y diferente mentalidad. Si siembras melones, cosecharás melones. Si siembras frijol, cosecharás frijol. La mentalidad es la razón, y todos los logros o resultados laborales dependen de la mentalidad.
Es mejor buscar desde fuera que desde dentro Cuida bien tu propio corazón y ajusta tu mentalidad.
La teoría del nivel psicológico de Maslow nos dice que la necesidad de ser respetado, amado y de darse cuenta de la autoestima es una necesidad de nivel psicológico superior que hará que las personas se sientan más felices.
Esto supone una mayor motivación para el trabajo.
¿Cuánto tiempo hace que no nos enfrentamos a nuestro verdadero yo y nos hacemos esta pregunta?
Muchas veces, estamos en el segundo estado, trabajando duro, trabajando duro, siendo pagados y respetados, siendo necesitados por los demás y sintiéndonos bien con nosotros mismos.
Sin embargo, también hay muchas personas que han dedicado su vida a la causa en la que creen, pero no recibieron ninguna recompensa cuando nacieron, e incluso fueron incomprendidos y entregaron sus preciosas vidas. Por ejemplo, Copérnico y Galileo eran heliocéntricos.
No temen las dificultades ni los obstáculos, son indiferentes a la fama y la fortuna y no dudan en sacrificar sus vidas como su carrera de por vida. Están en el primer campo.
Estas personas son felices. ¿Has pensado seriamente en buscarlo?