Poesía moderna para celebrar el Día del Maestro
Artículo 1: Alabanza por la Vela Roja
Tú inspiras mi tierno corazón.
Tú llenaste los espacios en blanco en mi cerebro.
Tú tejes mis dulces sueños.
Me diste la llave del futuro.
-Mi querida maestra
Una vida colorida
Llena de tu nutrición
Un mundo próspero
Confía en tu fondo
Mi vela alta
Tú hiciste el mástil.
Mi sangre ardiente
Estás dispuesto a pagar.
-Mi querido maestro
Tu vida
Párate siempre en el podio de un metro
Tu plántula
La resiliencia crece en cada rincón de este país.
En tus arrugas profundas
Cultivo de un espíritu fuerte.
En tus sienes blancas
Motor un corazón anhelante.
-Mi querida maestra
Recuerdo tus sinceras enseñanzas.
Capítulo 2: Oda a la Vela Roja
La plataforma de tres pies,
es el mundo donde puedes mostrar tus talentos;
Nuevos métodos de enseñanza,
Usa la magia de convertir la piedra en oro.
Trabaja duro con sudor,
Para la madurez temprana de las plántulas de hoy;
Vierte tu corazón en el agua,
Deja que el patria Las flores son más hermosas.
A altas horas de la noche, corriges tu tarea,
acompañado de los ronquidos de tu amante;
Al amanecer, escribes un plan de estudios,
Es el sueño del niño el que te consuela.
Tú eres el amanecer que brilla rojo en el oriente.
Alza la esperanza, alza el sol naciente;
Eres una vela roja brillante,
ilumina a los demás y quémate a ti mismo.
Maestro, gracias por su arduo trabajo.
¿Quién -
nos llevó a los ignorantes al espacioso salón de clases,
nos enseñó una gran cantidad de conocimientos?
¡Eres tú! ¡maestro!
Utiliza tu arduo trabajo y sudor para nutrir las tiernas plántulas que recién emergen del suelo en primavera.
¿Quién -
enseñarnos a los traviesos
a ser considerados y serviciales?
¡Eres tú! ¡maestro!
Tus cuidados son como la cálida brisa primaveral.
Nos calienta el corazón.
¿Quién -
nos educa a los jóvenes
para convertirnos en adolescentes maduros y sensatos?
¡Eres tú! ¡maestro!
Tu protección nos permite crecer sanamente.
La dorada estación del otoño es fructífera.
¡Gracias por tu arduo trabajo! ¡maestro!
Personas que trabajan duro bajo el calor y el frío abrasador.
¡Gracias por tu arduo trabajo! ¡maestro!
Dedica tu juventud a los que no son nada.
¡Te respetamos mucho!
-¡Gracias por su arduo trabajo, maestra!
Capítulo 3: Gracias profesor.
Tú eres la estrella de la mañana en la noche.
Tú eres el cielo despejado durante el día.
Eres la brisa bajo el sol abrasador.
Sois el alero bajo la lluvia.
Vosotros sois el mar;
Vosotros sois las montañas y los ríos.
Has moldeado mi alma.
Eres un cohete que transporta satélites.
Tú eres la brújula en el mar.
Eres muy dedicado,
Pagas.
Eres nuestro maestro más querido.
Capítulo 4: Gracias profesor.
Gracias al profesor,
Nos diste conocimiento.
Si eres jardinero,
Somos las flores del invernadero,
creciendo poco a poco bajo tu riego.
Si eres una vela,
somos la oscuridad infinita junto a la vela,
tú nos enciendes,
ayúdanos Encontrado el camino a la luz.
Si sois nubes blancas,
Nosotros somos el cielo.
Sin nubes blancas, el cielo perderá su brillo.
El profesor realmente te aprecia,
Gracias por tu amabilidad con nosotros,
Eres muy amable con nosotros,
Nosotros todos recuerdan.
Nos has estado educando toda tu vida.
Eres desinteresado.
Nos has enseñado todos tus conocimientos sin reservas.
En la primavera, cuando las flores están floreciendo,
Quiero convertirme en un sol brillante,
agregándote un poco de brillo.
En ese caluroso verano,
Quiero convertirme en una sombrilla,
para protegerte del sol abrasador.
En otoño, cuando las hojas están cayendo,
Quiero convertirme en abrigo,
para mantenerte abrigado.