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Texto original y traducción de Xiao Jing

El "Libro de la piedad filial" es un antiguo clásico chino que habla principalmente de la importancia de la piedad filial y de cómo honrar a los padres. El siguiente es el texto completo y la traducción de "El clásico de la piedad filial":

Texto original:

No se debe saber la edad de los padres. Uno es de alegría, el otro es de miedo. Si tienes miedo, no te atreverás a perder el rumbo; si eres feliz, estarás preparado para el futuro. Es mejor ser reacio pero no contundente y no quejarse de lo que no puede hacer.

Debes escuchar lo que dicen tus padres. Uno es ser obediente, el otro es ser respetuoso. Si eres respetuoso no ofenderás, y si eres obediente tendrás buena suerte. Es mejor nutrir pero no matar, estar cerca pero no lejos, ayudar pero no abandonar, ser arrogante pero no arrogante. En los asuntos de un hijo filial, los esfuerzos se cumplirán con el tiempo, pero no se obtendrán más adelante.

Debes aprender las costumbres de los padres. Si aprendes, no sabrás lo suficiente; si respetas, no podrás hablar. Si no sabes lo suficiente, no te quejarás; si no sabes lo suficiente, harás cumplidos. Ve y aprende de tus amigos, los amigos son como padres. Si los padres cometen errores, protestarán, pero si lo pruebas tú mismo, será malo. Si tus padres han cometido un error, no escucharán sus consejos. Deténgalo como último recurso. No rompas la relación por un pequeño error.

El padre es bondadoso y la madre es bondadosa, la obediencia es el fundamento. Los padres son constantes y no cambian fácilmente. No importa cuán grande o pequeña sea la tarea, hay que ser diligente. Diligencia significa que no hay escasez, pero la falta significa irregularidad. Cuando un hijo filial está en casa, es como un vapor que está a punto de madurar, y cuando sale, es como una cálida brisa primaveral. En el asunto de un hijo filial, uno debe estar lleno de fortaleza y ser fiel en sus palabras y acciones.

Traducción:

Cuando los padres son mayores, los hijos deben saberlo. Uno es por la felicidad, el otro es por el miedo. Si tienes miedo, no te atrevas a ser descuidado; si estás feliz, debes estar preparado. Anímate, pero no te fuerces demasiado y no te sientas resentido por no poder hacerlo.

Los hijos deben obedecer a sus padres. Uno es obedecer, el otro es respetar. El respeto evitará que ofendas a tus superiores y la obediencia te traerá buena suerte. Cuida a tus padres, no los lastimes, mantente cerca de ellos, no los alejes, ayúdalos, no los abandones y no estés orgulloso de tus logros. Cuando un hijo filial cumple con su piedad filial, debe hacer lo mejor que pueda para poder ser perfecto y no arrepentirse después.

Los niños deben trabajar duro para aprender del comportamiento de sus padres. Después de estudiar conocerás tus propios defectos y si respetas a tus padres no hablarás en exceso. Si conoces tus defectos, no tendrás quejas; si no hablas demasiado, serás respetado. Cuando dejas a tu maestro, debes tener cuidado al hacer amigos. Los amigos son como los padres. Si los padres cometen errores, se les debe advertir; si los familiares cometen delitos, se les debe desalentar. Si tus padres tienen la culpa, incluso si tus consejos son ineficaces, no rompas los lazos familiares por un error menor.

El amor y la obediencia de los padres son los más básicos. Los padres tienen rutinas y no las cambian fácilmente. No importa cuán grande o pequeño sea el asunto, debes ser diligente. La diligencia no conducirá a la escasez y la escasez no conducirá a la puntualidad. Cuando un hijo filial está en casa, es como arroz al vapor a punto de cocinarse, y cuando sale, está tan cálido como la brisa primaveral. Cuando un hijo filial cumple con su piedad filial, debe hacer lo mejor que pueda y sus palabras y acciones deben ser honestas y dignas de confianza.