Colección de citas famosas - Colección de poesías - ¿A qué principios debemos adherirnos en la gestión de los asuntos religiosos? Detener las actividades ilegales, frenar las actividades extremistas, resistir la infiltración y luchar contra el crimen.
¿A qué principios debemos adherirnos en la gestión de los asuntos religiosos? Detener las actividades ilegales, frenar las actividades extremistas, resistir la infiltración y luchar contra el crimen.
La gestión de los asuntos religiosos se adhiere a la política de 20 caracteres de proteger la legalidad, detener la ilegalidad, frenar el extremismo, resistir la infiltración y combatir el crimen. Detener las violaciones son dos aspectos de la protección de la legalidad. Sólo cuando se pongan fin de manera efectiva a las actividades religiosas ilegales podrán regularse y ordenarse. Esto es un requisito previo para el desarrollo saludable de la religión y redunda en beneficio tanto de los creyentes religiosos como de los no creyentes. Actualmente, las actividades religiosas ilegales adoptan diversas formas, como la construcción indiscriminada de templos y estatuas budistas, la organización de peregrinaciones sin permiso, el establecimiento de lugares de reunión cristianos sin permiso, hacerse pasar por clérigos religiosos para defraudar dinero, la contratación de templos, la inclusión de templos en la lista de activos y la predicación ilegal. en línea, etc Estas actividades religiosas ilegales no sólo afectan el orden religioso normal, sino que también dañan los intereses del público, lo que requiere que el gobierno fortalezca la supervisión y la gestión para detenerlas y corregirlas de manera oportuna. Al mismo tiempo, el gobierno debe guiar a los círculos religiosos para fortalecer la autogestión, mejorar su conciencia sobre el Estado de derecho y llevar a cabo conscientemente actividades dentro del alcance permitido por las leyes y reglamentos. Ninguna organización o individuo podrá utilizar la religión para participar en actividades ilegales que pongan en peligro la seguridad nacional, perturben el orden social, perjudiquen la salud de los ciudadanos, interfieran con el sistema educativo nacional y otras actividades que perjudiquen los intereses nacionales, los intereses sociales y los derechos e intereses legítimos de ciudadanos.
Base jurídica: Artículo 3 del “Reglamento sobre Asuntos Religiosos”.
La gestión de asuntos religiosos se adhiere a los principios de proteger la legalidad, detener la ilegalidad, frenar el extremismo, resistir la infiltración y combatir el crimen.