El monitor le dijo al profesor que estábamos gritando en clase.
No tengo malas intenciones hacia este asunto. Fui demasiado juguetón e hice una broma. Absolutamente ningún otro significado. Pero la broma era demasiado grande. Lamento no haber considerado la gravedad del asunto y no esperar que al final se convierta en un gran problema. Sé que no sirve de nada lamentarse. Han pasado cosas y ya no puedo cambiarlas. Pero después de que pueda cambiar, consideraré todo lo que haga en el futuro y no permitiré que algo así vuelva a suceder. No digo que como monitor, ni siquiera como estudiante corriente, respetar al profesor sea lo que debemos hacer los estudiantes, es nuestra responsabilidad y obligación más básica. Aunque no era mi intención hacerlo, aun así estaba equivocado. No sólo no respeté al maestro, sino que tampoco cumplí con esta responsabilidad y obligación básica y también di un mal ejemplo frente a toda la clase. Lo siento profundamente y espero que el profesor y toda la clase me perdonen.
Como monitor, creo que debo tomar la iniciativa y guiar a mis compañeros para que se conviertan en un modelo a seguir para que aprendan. Pero no lo hice y se convirtió en un ejemplo negativo. Sé que mis compañeros saben qué es bueno y qué es malo, qué se debe aprender y qué no, y cómo distinguir entre el bien y el mal. Por lo tanto, los estudiantes deben aprender de las fortalezas de los demás y, cuando vean las deficiencias de los demás, deben verificar si las tienen y corregirlas. Permítase una llamada de atención para recordarlo.
Estoy muy agradecido con el profesor que me eligió como líder del equipo, puso grandes expectativas en mí y me dio tan buena oportunidad para ejercitarme y superarme. Pero no logré satisfacer al maestro con acciones prácticas, e incluso debido a mis malos hábitos, no logré hacer lo que debería hacer un monitor. Me he dado cuenta de mi error y estoy decidido a corregirlo. Espero que el maestro pueda perdonarme y darme la oportunidad de corregirme.
Sé que la autocrítica no necesariamente viene del corazón. Puede ser simplemente para tratar con el maestro, o puede ser hipócrita, porque la autocrítica es solo un papel común y corriente. Corregir errores no se basa en escribir una reseña o abrir la boca. ¡Hablemos, sino que actuemos! Sólo reconociendo tus propios errores y corrigiéndolos podrás ser digno de ti mismo y de esta revisión. Al mismo tiempo, debemos aprender lecciones y considerar esta revisión como una llamada de atención y un supervisor, recordándonos siempre si todo lo que hacemos debe hacerse o no, cuáles serán las consecuencias, y debemos ser responsables de lo que hacer.