¿Hay alguna historia sobre cómo arrancar clavos en los libros de inglés de tercer y cuarto grado de primaria?
Saca los clavos:
Había un niño que tenía mal carácter, así que su padre le regaló una bolsa de clavos. Y le dijo que cada vez que perdía los estribos, clavaría un clavo en la cerca del patio trasero.
El primer día, el niño clavó 37 clavos. Poco a poco, la cantidad de clavos clavados cada día disminuyó.
Le resultó más fácil controlar su temperamento que clavar esos clavos.
Finalmente un día, el niño ya no perdió la paciencia y perdió los estribos. Le contó esto a su padre, y su padre le dijo que de ahora en adelante, cada vez que pudiera controlar su temperamento, sacaría un clavo.
Pasaron los días y finalmente el niño le dijo a su padre que por fin le había arrancado todos los clavos.
El padre tomó su mano y salió al patio trasero y le dijo: Hiciste un buen trabajo, mi buen muchacho. Pero mira esos agujeros en la valla. Estas vallas nunca serán reparadas. Las palabras que dices cuando estás enojado dejan cicatrices como estas uñas. Si apuñalas a alguien con un cuchillo, no importa cuántas veces pidas perdón, la herida siempre estará ahí. El dolor de las palabras es tan insoportable como el dolor de la realidad.
Las personas suelen herirse entre sí para siempre debido a su perseverancia. Si todos podemos empezar por nosotros mismos y empezar a tratar a los demás con tolerancia, creo que obtendremos muchos resultados inesperados. . . . Abrir una ventana a los demás es dejarse ver un cielo más completo...