La prosa de Yaya en casa

Hay Yaya en casa

Cositas

Bebé, mi bebecito.

Mirando tu cara dormida, cuantas veces he llamado así en mi corazón.

Es tu respiración tranquila la que hace que la responsabilidad de mi padre se expanda demasiado.

Bebé, mi pequeño bebé.

Sentado junto a tu cama, cuantas veces he llamado en mi corazón.

Mientras bese suavemente tu carita, mi joven amor maternal se desbordará libremente.

Papá se volvió más tranquilo por tu llegada;

Mamá parece más madura por tu llegada;

Piensa en que nos visitaste sin darte cuenta. Qué pánico estábamos.

La llovizna de marzo trae el ritmo del comienzo de la primavera;

El arco iris en junio trae el ritmo del comienzo del verano

El viento dorado en septiembre trae El; concepción artística del otoño;

Gracias a ti, el mundo es tan hermoso como la poesía, el canto y la pintura.

En primer plano aparecen las sonrisas de mamá y papá.

Proteger los límites de tus sueños,

al igual que proteger tu felicidad:

ese es el compromiso de por vida de mamá y papá.

Yaya

Una semilla, yaciendo en un sueño en la tierra, escuchó el amable llamado de la madre: ¡Bebé, despierta!

Entonces me estiré, me desperté y dije: Mamá, dormí profundamente.

Un pequeño capullo asoma del suelo, y entre sus manos abiertas hay dos hojas de palmera verdes.

En marzo, en la cresta, las flores florecen y caen, la hierba crece y los oropéndolas vuelan, los arroyos gorgotean, los pájaros cantan y las flores huelen fragantes...

En Yaya's Ojos, ¡es realmente una escena primaveral ocupada!

Bajo la mirada sorprendida de su madre, Yaya extendió su cuerpecito y aceptó la lluvia, el rocío y el sol.

Es un mundo pequeño.

Este pequeño mundo va creciendo día a día con Yaya.