Cómo eliminar las coccidios de los lechones
Primero, se separó a los cerdos enfermos de la fuente de la enfermedad y se continuó con la administración oral de toltrazolina a una dosis de 30-40 mg por kilogramo de peso corporal, una vez al día, durante 7 días. 7 días, excepto 2 cerdos gravemente enfermos, el resto El apetito volvió a la normalidad. El tratamiento de la coccidiosis porcina con fármacos anticoccidiales es más difícil. Las cerdas no son la principal fuente de infección en los lechones lactantes, por lo que añadir fármacos anticoccidiosis a las dietas de las cerdas tiene poca importancia para controlar la coccidiosis en los lechones recién nacidos. Se han probado y demostrado que la amprolina, la monensina y la piranoxona no tienen ningún efecto preventivo o terapéutico. Las sulfas se pueden usar para tratar o prevenir la coccidiosis, pero son difíciles de alimentar y tomar. Los lechones enfermos a menudo se muestran reacios a comer o beber alimentos y agua potable que contengan sulfas en alta concentración para preparar una pasta y aplicarlas. Los lechones se muestran reacios a chupar debido al olor peculiar y el efecto no es el ideal. El énfasis del saneamiento en el saneamiento es, con diferencia, la mejor manera de reducir la coccidiosis porcina. Un buen programa de higiene debe incluir la eliminación completa de los restos de tejido de la sala de partos, la desinfección con lejía (al menos una concentración del 50%) durante varias horas o durante la noche y la fumigación. En particular, los desinfectantes a base de cresol han demostrado ser eficaces para destruir los ooquistes de coccidias.
La porqueriza debe estar vacía a la hora de desinfectar. Se debe restringir la entrada de los criadores a la sala de partos para evitar que los ooquistes que portan se propaguen en la sala de partos; se debe impedir que las mascotas entren a la sala de partos para evitar que los ooquistes que portan se propaguen en la sala de partos; se deben tomar medidas de control de roedores; para evitar que los roedores propaguen mecánicamente los ooquistes; la porqueriza debe desinfectarse después de cada parto.