Himnos a la ciudad en mi corazón.
Quizás sean los magníficos edificios en el río Yangtze los que te abran los ojos.
Cuando te vi, estabas tan silencioso.
Sen escondió un par de ojos profundos como un estanque detrás de mí.
Sólo un lago de agua cariñosa surge frente a mis ojos, emitiendo un sonido alegre.
Déjame buscar la inocencia y el desenfado que una vez perdí.
El viento soplaba en el lago, y el viento suave y fresco acariciaba mi rostro.
Sentí un corazón tierno y afectuoso acariciando mi rostro cansado.
Y los ojos que de repente brillaron y luego se apagaron, tan claros como el cristal.
El amor desaparece en el cielo como el humo. El cielo era vasto y sombrío.
Un atardecer largo y cariñoso, pintado de coloridos colores, es fascinante...
Echo de menos un pequeño barco que se balancea suavemente en tu vasto lago.
Espero acompañarte a revivir tu juventud bajo el atardecer.
Ojalá pudiera apoyarme en ese viejo árbol con dientes verde guisante.
Sostén un paraguas y camina con ligereza contigo cuando llueve.
Pisando un trozo de agua clara, tarareando la canción "La brisa y las olas envían amor"
Busca un banco, siéntate y contempla el lago bajo la lluvia.
Piense en Zhang Xiaoxiang hace miles de años y en los emocionantes poemas que dejó:
“La luna es brillante, la luna es brillante, es brillante por dentro y por fuera”.
También extraño tus ojos claros y tranquilos, chispeantes e inteligentes, como el agua clara de este lago.
Una luna creciente se derrama débilmente, balanceando un barco, y hay tímidas historias escondidas por todas partes.
Aquella noche de verano, con el rostro sonrojado, conté la belleza que una vez tuve y la juventud que una vez tuve...
A lo lejos, canciones melancólicas flotaban en el viento. , Impactando la presa del alma.
Cuando me di la vuelta, la llovizna seguía cayendo y el lago estaba lleno de humo.
El crepúsculo se tragó mi cuerpo como una nube y mis canales emocionales se aceleraron.
Nunca volví a navegar hacia el tranquilo puerto, ni vi las gruesas ramas verdes saludándome.
Solo había un lago delgado frente a mí, lo que me hizo sentir incómodo.
En mis oídos, sólo el sonido del agua del lago, tan claro como una rana campana invadiendo mis tímpanos...