Tengo una composición para un libro de magia.
Ayer me paré en una gran estantería de una biblioteca muy conocida. Está animado todos los días. Cada mañana, antes de que abra la tienda, hay mucha gente esperando en la puerta para leer y comprar libros. Observé con envidia cómo los demás compañeros eran llevados por sus nuevos dueños. De repente, una mano me levantó y suavemente me quitó el polvo de la ropa. Leí página tras página. La miré de soslayo. Es una estudiante de unos once o doce años, con el pelo negro brillante recogido en dos trenzas juguetonas, un par de ojos grandes y brillantes, una cara roja y un pañuelo rojo alrededor del cuello. Ella es realmente linda.
Está oscureciendo y la biblioteca está a punto de cerrar. La niña levantó la cabeza, se frotó los ojos, me llevó con cuidado hasta el cajero y dijo cortésmente: "Tío, ¿cuánto cuesta este libro?". El cajero llamó al tío y le dijo: "Diez dólares". Saqué diez dólares de mi bolsillo, se los di a mi tío y corrí conmigo a casa.
Caminó hacia la puerta, se quitó la llave que colgaba de su cuello, abrió la puerta y gritó: "¡Mamá, he vuelto!". Entré en su cabaña y me miré seriamente. Al ver su mirada seria, pensé: Debo colocar las hormiguitas en una formación más interesante para que ella las vea mañana.
Este es mi segundo día en esta casa. Hoy es domingo. por la mañana, y luego volvió a abrazarme como si acabara de terminar de leer una serie, y exclamó sorprendida: "¡Ésta no es la historia que leí ayer!". "Sin embargo, inmediatamente comprendió que yo era un libro mágico. Así que me vistió con ropa nueva, me metió en una caja y puso mi caja en su querida estantería.
Todos los días, ella me sacaba, leía una historia nueva y luego me devolvía. Ella me quiere mucho y me limpia el polvo todos los días. Invento una nueva historia para ella todos los días. Me he convertido en una buena amiga de ella en mi corazón, y ninguno de los dos puede vivir sin el otro, para siempre, para siempre...