La historia de los antibióticos
La penicilina es el primer antibiótico descubierto por el ser humano. Fue descubierto accidentalmente por el microbiólogo británico Alexander Fleming en 1928, pero sus principios activos y estructura química no fueron purificados en aquel momento. Observó que las bacterias cercanas al moho no podían crecer en las placas de Petri de estafilococos contaminadas con moho y especuló que el moho podría contener sustancias bactericidas. En 1929, Fleming publicó este descubrimiento en el British Journal of Experimental Pathology, pero no fue tomado en serio. No fue hasta 1939 que Howard Florey y Ernst Boris Chain, de la Universidad de Oxford, idearon un fármaco que podía tratar infecciones bacterianas y, tras ponerse en contacto con Fleming para obtener las cepas, lograron purificar con éxito la penicilina. Fleming, Freire y Ernst Boris Chain ganaron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1945**.