Varios cepillos son suaves.
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La mano es uno de los órganos más singulares del cuerpo humano. Los científicos creen que las manos son uno de los tres órganos importantes que hacen que las personas sean muy inteligentes. Los otros dos órganos son los ojos, que perciben el espacio tridimensional, y el cerebro, que procesa la información de las manos y los ojos. A lo largo de 4 millones de años de evolución, la mano humana ha evolucionado gradualmente hasta convertirse en la herramienta perfecta que la naturaleza puede crear.
Entre los mamíferos, la mano humana es única. La estructura del pulgar en relación con los otros cuatro dedos es la mayor ventaja de la mano humana. Muchos grandes simios pueden juntar el pulgar y el índice, pero no pueden juntar el pulgar con el medio, el anular y el meñique porque sus dedos no son lo suficientemente flexibles.
Solo los humanos pueden usar sus dedos libremente, lo cual es la clave de la cultura humana y el progreso tecnológico.
Los dedos humanos son muy sensibles y pueden sentir vibraciones con una amplitud de tan solo 0,00002 mm. La gente también está acostumbrada a gesticular mientras habla, o a expresar sus sentimientos enteramente con gestos. Los humanos primitivos estaban acostumbrados a utilizar el lenguaje corporal para comunicarse en varias partes del cuerpo. Después de las palabras habladas, el lenguaje corporal inicial se va eliminando progresivamente, además de los gestos.
Las investigaciones han descubierto que hacer gestos mientras se habla ayuda con el pensamiento, la expresión y la memoria. Existen estrechas conexiones neuronales entre el centro del lenguaje y el centro motor del cerebro. Las partes del cerebro que se activan al hablar también se activan al gesticular.
Los científicos también descubrieron que las áreas del cerebro que controlan las actividades de las manos están distribuidas en varias partes diferentes del centro motor, cubriendo una cuarta parte de la corteza cerebral. Durante mucho tiempo ha sido un misterio para los neurocientíficos que un simple movimiento de la mano, como llevarse un vaso de leche a la boca, desencadena una excitación especialmente fuerte en la corteza cerebral.