La historia y el desarrollo de Toccata 5
Siglos XIX y XX
La toccata apenas se utilizó en la época clásica, y su uso ha estado considerablemente restringido desde entonces, al tener características algo inciertas. Las características que encarna aparecen en la forma de práctica y estudio, mientras que su ritmo y estilo de improvisación estandarizado se reflejan en el capricho y la rapsodia. Su característica más o menos estable es la progresión continua de valores de notas cortas, característica que es más aplicable al moto perpetuo y a muchas obras y movimientos sin títulos especiales. En épocas posteriores, el movimiento clásico que pudo haber utilizado el título Toccata fue el movimiento final de la Sonata en la bemol mayor (Op. 26) y la Sonata en fa mayor (Op. 54) de Beethoven.
El título "Toccata" fue utilizado ocasionalmente por los compositores italianos en el siglo XVIII. Hay una pieza famosa de Muzio Clementi (publicada como sonata, Op. 11, 1784) que tocó en un concurso de piano con Mozart frente al emperador José II en 1781. La mano derecha es rápida y triplica la velocidad. En 1820, F.G. Pollini publicó "Trentadue esercizi in forma di toccata", un ejercicio básico de toque de piano. La magnífica Toccata en do mayor (op. 7) de Schumann probablemente deba más en forma y tono al final de Beethoven mencionado anteriormente que a estos ejemplos italianos. Es una forma de sonata con una parte de presentación corta y una parte de desarrollo larga, y todos los pasajes tienen un movimiento infinito que requiere habilidades de interpretación muy altas.
Algunos organistas franceses de finales del siglo XIX y principios del XX adoptaron el título Toccata en los gloriosos movimientos finales de sus sinfonías para órgano de Widor y Vierne. Este estilo también aparece en el movimiento denominado "salida" o "coda". La extraña pieza para piano para armonio de Berlioz, compuesta en 1845, es una toccata sólo de nombre.
En general, el piano inspiró obras de tocata más interesantes del siglo XX. El género revivió en la suite para piano Pour le piano de Debussy y Le tombeau de Couperin de Ravel. Ambas instancias hacen uso de un elemento cuasi arcaico, aunque anticuado; ambas piezas son los movimientos finales de sus respectivas suites, y ambas son piezas continuas de semicorcheas en tiempo de 2/4. Este estilo es producto de una fusión de las obras de Schumann y la Toccata del compositor de órgano. En general, de los dos, el trabajo de Debussy es el más inventivo y variado, aunque el de Ravel, hacia su clímax, tiene una forma más sofisticada. Prokofiev también tiene una hermosa Toccata (op. 11, 1912). Los compositores británicos no escribieron mucho con la Toccata, pero una obra notable es el primer movimiento del Concierto para piano y orquesta de Vaughan Williams (1933; arreglo para dos pianos y orquesta, 1946). Tanto la monumental y difícil escritura para piano que caracteriza la obra como el gran número de movimientos consecutivos de semicorcheas justifican el título.
——El autor tradujo del Diccionario de música y músicos de Grove