Pensamientos contradictorios sobre historias idiomáticas
Reflexiones después de leer "Autocontradicción" (1)
Recientemente estudié la lección "Autocontradicción" Se trataba de un hombre de Chu que vendía lanzas y escudos. Dijo que los escudos que vendía eran extremadamente fuertes y no podían perforarse, y al mismo tiempo dijo que las lanzas que vendía eran extremadamente afiladas y no podían perforarse. Debido a que su discurso fue absoluto e inconsistente, le preguntaron: ¿Qué pasaría si usara tu lanza para atacar tu escudo? Como resultado, no pude justificarme y caí en una situación embarazosa.
En la vida diaria, a veces no presto atención cuando pienso o hablo, y muchas veces me contradigo. Por ejemplo, a veces digo que mi madre es muy buena conmigo, me cuida mucho. las vacaciones, como bien y me visto bien. Me lo paso bien y me lo paso bien. A veces digo que mi madre es muy mala con todo después de que empiezan las clases. No me voy a la cama al mediodía, tengo que cuidarme cuando llego tarde a casa de la escuela y tengo que ocuparme de mi tarea sin terminar. Cuanto más lo pienso, más resentido me siento. Otro ejemplo es que cuando regreso a mi ciudad natal, me gustan las montañas verdes, las aguas verdes y los niños allí, pero también tengo mucho miedo de los feroces mosquitos de la montaña y los perros aterradores. De los ejemplos anteriores, podemos ver: Si me calmo. Baja y piensa si amo u odio a mi madre. Si puedes considerar los estrictos requisitos de tu madre para ti como una especie de amor, no dirás que tu madre es mala mientras tengas sentimientos profundos por el campo; Los mosquitos y los perros de la montaña no son terribles y la población rural puede vivir durante generaciones. ¿Qué tiene de aterrador regresar y quedarse unos días?
Existen contradicciones en la vida y el estudio. Debemos utilizar métodos y pensamientos correctos para analizarlos y afrontarlos, sin importar lo que hagamos o digamos. Tenga cuidado de dejar algo de espacio, no se contradiga y no se dé una bofetada, para no hacerlo. No te rías de ti, no te avergüences ni te pongas en ridículo.
¡Solo así podremos ver el problema con claridad, aclarar nuestra mente, avanzar en la dirección correcta y avanzar con firmeza!