La educación es liberación. ¿Cómo entenderlo?
La educación es liberación es el lema planteado por la UNESCO en el informe "Aprender a sobrevivir". La educación es liberación, que consiste en hacer de la educación una fuerza que estimule la vida, promueva el desarrollo libre y armonioso de las personas y les permita convertirse en personas con una personalidad fuerte y una vida espiritual rica y noble a través de la educación.
El propósito de la educación es cultivar una persona armoniosa, no sólo impartir conocimientos. La educación debería ir más allá de la utilidad y convertirse verdaderamente en una fuerza liberadora. Libere el tiempo, el espacio, los pensamientos y el poder de los estudiantes y cultive personas que puedan desarrollarse de forma independiente.
La educación debe prestar atención al mundo interior de los estudiantes, hacerles sentir la diversión y la importancia del aprendizaje y estimular su creatividad e imaginación. Sólo de esta manera la educación podrá convertirse verdaderamente en una fuerza liberadora, que lleve a las personas de la estrechez a la amplitud y las libere del utilitarismo estrecho.
La educación es liberación, que consiste en hacer de la educación una fuerza que estimule la vida, promueva el desarrollo libre y armonioso de las personas y permita a las personas convertirse a través de la educación en personas con una personalidad fuerte y una vida espiritual rica y noble.
La esencia de la educación
La educación es una actividad social con un propósito que cultiva a las personas. Este es el atributo esencial de la educación y la característica fundamental que la distingue de otras cosas. En otras palabras, las actividades educativas tienen un propósito, por lo que exhiben una de sus características: la conciencia. Podemos entender esta frase desde tres aspectos. Primero, la educación tiene como objetivo cultivar a las personas, lo que significa que la educación es un fenómeno social exclusivo de los humanos y no existe en el reino animal.
La educación es una actividad con un propósito, y la educación sin propósito, inconsciente o instinto no es educación. Por ejemplo, por casualidad, el papel bajo la lupa se encendió al sol, y los educados aprendieron el conocimiento físico de concentrar la luz a través de lentes convexas y recibieron educación. Esta no es una actividad educativa porque no es un proceso intencionado de cultivar personas educadas, sino una actividad sin propósito.